De la mano del gobierno de facto, una película de injusticia y terror se sigue viendo en las calles de Honduras, este monstruo de mil tentáculos sigue acechando por doquier, esta vez ha atacado en La Ceiba, su víctima ha sido el dirigente garífuna René Chávez.
Es sorprendente que Chávez, un prometedor político garífuna perfilado para convertirse en las próximas elecciones en diputado por el departamento de Atlántida, sea el primer escogido por la ultraderecha para reinvindicar su maléfica fuerza. La meteórica carrera de este joven con un mensaje fresco que capta la curiosidad de la gente, no tiene contento a sus rivales que, en su mayoría son vetustos y oxidados miembros de la vieja política.
Chávez que encarna en su aspiración la perseverancia de todo un pueblo garífuna, fue acusado por la Fiscalía de la República por sedición (alzamiento contra el gobierno) y asociación ilícita, lo que en la práctica se traduce como perteneciente a una mara, o marero. Lo que está pasando en Honduras no tiene parámetros. Aquí los zopilotes le disparan a las escopetas. Los delincuentes se saludan en las calles, salen en los medios de comunicación como los grandes señores y apresan a la gente honesta.
Está difícil creer que Chávez es un sedicioso o que cometió el delito de asociación ilícita. Todo parece indicar que su encarcelamiento se trata de una vulgar trama para abstraerlo de sus aspiraciones políticas y dejarle el camino limpio a sus rivales.
Chávez, como millones de hondureños, había participado en algunas marchas en contra del Golpe de Estado, pero sin un papel relevante. Ni siquiera Rafael Alegría, Juan Barahona, Eulogio Chávez, los grandes ejes de la Resistencia han sido acusado de tal manera y que lo hagan con Chávez, sí que es impresionante.
Ayer, jueves 10 de septiembre del 2009, Chávez fue ubicado por los organismos correspondientes y con orden de captura procedieron a su arresto. Hoy 11 de septiembre le fue decretado auto de prisión y enviado a la cárcel de barrio Inglés en La Ceiba. Ahora vendrán 6 días de investigación, al término de los cuales, sabremos cual será, en definitiva, su suerte. Al desprotegido de Chávez le esperan horas terribles, en manos de una justicia reversa.
Quienes ostentan el poder deben liberar de inmediato a Chávez y lidiar contra él, en el terreno del limpio debate político. Con estas acciones aceleran más la necesidad de revisión de los estamentos que les han servido de base para hacer y deshacer. Fuerza a Chávez porque con esta trampa no hacen más que engrandecerlo y hacer que aquellos que no lo conocían, simpaticen con él.