El perímetro del Congreso Nacional de Honduras se mantenía desde las primeras horas de hoy con un fuerte contingente militar, de esto se puede deducir dos posibilidades: es para reprimir y evitar que miembros de la Resistencia se acerquen allí o, es para intimidar a los congresistas ante el rumor sobre retorno de Zelaya que no es una buena noticia para los militares.
Honduras ya habia logrado la suobordinacon de poder militar al poder civil, pero el golpe de Estados hizo retroceder este avance social. Los militares y la Policia andan en la calle y no solamente ejercen amenaza contra las manifestaciones populares, sino ante todo lo que se mueve en contra, incluyendo a los propios civiles golpistas. Algunos de estos civiles muy hábiles piensan achacar a los militares toda la responsabilidad del golpe, pero estos son más listos que mandados a hacer.
Predecir las decisiones del Congreso es algo que ni siquiera los grandes gurus podrían lograr. Allí se manejan cosas contrarias a la lógica humana en relación a la conveniencia social. La prioridad son los intereses personales y de grupo, otras veces manda el dinero, pero, si llegaron hasta aquí es posible pensar que la restitución de Zelaya vendrá este día.....Nuevamente, como dice el adagio, piensa mal y acertaras.
Zelaya Rosales fue separado de su cargo por la vía armada el 28 de junio, ese día en horas de la mañana un enjambre de militares rodeó su casa, entraron por él y sin darle tiempo a que terminará de hacer su protoloco personal de todas las mañanas lo subieron a un carro con rumbo a la Base Aérea Hernán Acosta Mejía, luego lo metieron en un avión con destino a Costa Rica con escala en la Base Aérea de Palmerola. En todo el mundo esto es un golpe de Estado, pero los golpistas hondureños le han puesto el apodo de sucesión constitucional.
No siendo suficiente el secuestro y destierro del Presidente, los congresistas pudieron obtener, no se sabe de donde, una carta renuncia que Zelaya Rosales dijo no era suya.
El escenario político en Honduras vuelve a agitarse. Las maniobras se hacen de uno y otro lado. Caras vemos y corazones no sabemos. Mientras tanto el país se hunde cada día en una vorágine de desesperanza, desempleo, todos tenemos alucinaciones. Ya la situación es insostenible. La única salida es la Constituyente, eso permitiría, reinaugurar las relaciones con el mundo y crear un nuevo pacto entre hondureños.
Hoy el país está ingobernable. Ser presidente como debiera ser no lo lograra Pepe Lobo, como tampoco lo logrará Mel Zelaya. Ninguno de ellos es Mcgyver. No obstante lo más civilizado sería permitir la vuelta de Zelaya al poder, para dar un mensaje de sano arrepentimiento y, más civilizado aún sería poner ante los Tribunales Internacionales a los diferentes actores de este crimen contra la patria.