Un niño de Sambo Creek disfruta de una fruta silvestre en el patio de su casa |
Tegucigalpa, Honduras 21 de octubre 2015.-
Uno de los motivos por los cuales los ricos lo son, es porque los pobres nos prestamos
para ello. Solos no pueden. Necesitan a los pobres. Por ejemplo, a los dueños
de los súper mercados nos préstamos para comprarles alimentos que podemos
cultivar en casa. Sí en casa, a veces ni patio se necesita.
Les damos nuestro dinero durante muchos años,
generándoles grandes ganancias. Si cultiváramos mucho de lo que compramos,
mejoraría nuestra economía, la de nuestra
comunidad y por supuesto la del país.
Pudiéramos ahorrar más para destinar esos recursos para otras
necesidades.
Se reducirían los precios. Con ello le quitaríamos
poder a los ricos, exportaríamos los excedentes, mejoraría en el Índice de Desarrollo
Humano y lo mejor de último: tendríamos mejor salud. Vale la pena detenerse
aquí puesto la industria alimenticia está en entredicho por las abundantes
enfermedades que provocan y si mejora nuestra salud aumenta nuestro promedio de
vida, es decir viviríamos más.
Me ha inspirado el prestigioso Premio
Alianza de la Soberanía Alimentaria en los Estados Unidos este 2015, conferido
a la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) y su Presidenta Miriam
Miranda. Que gran honor para el Pueblo Garífuna de Honduras. Igual Premio para
la Federación de Cooperativas del Sur en los EE.UU. La entrega se hizo el
pasado 14 de octubre en Des Moines, Iowa, Estados Unidos y, más que disfrutar
de esa gesta, debiéramos reflexionar para encontrar los mejores caminos y
acabar con el actual orden de las cosas.
Miriam Miranda se ha jugado la vida en
defensa de los territorios garífunas, se adherido a los garífunas que menos
tienen para hacerles entender que es posible hacer cambios positivos en
nuestras vidas. Que no tenemos dueño, que somos libres y que todo lo podemos
hacer; que la tierra es nuestra madre y que podemos ser distintos.
La tarea de Miriam no es fácil, la mayoría
no la entiende. Bueno fuera que todos fuéramos como ella, que la mitad del
pueblo garífuna o el 25 por ciento fuéramos como ella, o que hubieran 200 miriam mirandas.
Pudiéramos ser ricos, pero lo que nos
mantiene en el fondo es que estamos amarrados a una piedra que se llama mala
actitud y negativismo. Debemos cambiar, si cambiamos nosotros cambia nuestra
familia, el pueblo y hasta el país.
Busquemos cultivar, no comprar. Se han
desarrollado técnicas para cultivar y depender de nosotros mismos. Esta es de
las grandes soluciones para el pueblo garífuna, abatido por una depresión
económica, pero lo peor por enfermedades relacionadas a lo que compramos y comemos.
Sumando las tierras en poder del pueblo garífuna
y poniéndolas a cultivar, podríamos tener un sitio en la industria de los
alimentos. No es ese mi objetivo acá, por ahora, sino hacer ver lo que muchos no ven por estar
concentrados en seguir lo que manda el
consumismo. Con un poco de esfuerzo veríamos que no estamos obligados a comer
lo que haya en el menú de los restaurantes. Tampoco comprar lo que nos ponen en
las góndolas de los superes. Algo tan sagrado como nuestra salud y nuestra
economía, nuestra libertad, debería estar en nuestras manos y no en manos de
otros.