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jueves, 18 de agosto de 2016

“Hoy los negros somos los HDP”

Intercambio de camisetas entre Neymar y Palacios. La imagen que hizo entrar en ira a muchos hondureños

Tegucigalpa, Honduras 18 de agosto de 2016.- Claro, con mi mente fría, mi pulso normal, de pronto con unas cuantas cervezas en la cabeza, sin los miles de brasileños gritando y desde mi silla, me siento capaz de sacar esa pelota –hablo de la primera acción de Johnny Palacios que originó el gol de Neymar-, de salir jugando, hacer una finta sobre el Ney, como todo un Beckenbahuer o Yearwood y habilitar a los mediocampistas.

Es fácil. Pero había que estar ahí.

Nosotros con la boca somos capaces de todo, hasta se nos olvida que ni siquiera podemos bajarnos del bus porque la rodilla hace años que la traemos mal.

A cada rato debemos controlarnos la presión arterial, pero aun así somos superlativos en la exigencia.
Dirán ahora es que los futbolistas pasan en eso todos los días. Yo les respondo: hasta los más grandes han fallado. El penal errado de Baggio en Estados Unidos 1994, Gianluigi Buffon ha fallado, falla Cristiano Ronaldo, falló Ronaldinho. Falla Messi.

Sí, seguro que ver a Neymar acelerar hacia el frente y la pelota entrando por nuestro arco no es nada agradable y peor a los 20 segundos, cuando ni siquiera hemos abierto la bolsa del “churro”.
Hay varias formas de perder y esta es la que menos nos gusta.

Cada quien había hecho sus planes, su cábalas, sus apuestas y el país soñaba con dar una estocada.
En los periódicos habían vendido la posibilidad de un Maracanazoh y cuando las emociones se desbordan se pierde la objetividad.

Del tamaño de la expectativa es la decepción, pero la cabeza debe volver a su lugar. Sobre todo de aquellos que solamente lo vieron por la tele.

Ahora bien, cuando el deporte se vuelve un hecho social, se ofende en nombre del fanatismo, se destruyen dignidades y hasta vidas.

Hoy, con la explosión de las redes sociales, nadie puede controlar lo que dice el aficionado, pero el periodista deportivo debe tener un control de calidad y no permitirse expresiones nefastas que podrían servir de orden, para aquellos que tienen el entendimiento corto.

Recuerdan, por ejemplo, el caso de Andrés Escobar en el Mundial de Estados Unidos 1994, un autogol provocó que le quitaran la vida.

Me preocupa entonces que a partir de que los sociólogos han visto una colombianización de nuestra sociedad, puedan ocurrir cosas como esas, todo por campañas absurdas de cierto sector del periodismo.

En esto también afloran los sentimientos racistas: hoy los negros somos HDP, “es que no piensan”, “mucho negro en la selección” “porque no se van del país”.

Yo contesto: cierto, somos los HDP y no nos vamos.

El olimpismo, significa llorar y reír. Unos atletas lloran y otros atletas ríen, eso es exactamente. No hay que sacarlo de ahí.

Personalmente le tengo envidia a Johnny Palacios porque está en los niveles que nunca pude llegar. Cuanto hubiera dado por siquiera equivocarme de la forma como lo hizo, por lo menos un carnet de unas Olimpiadas.

Palacios debe levantar la cabeza y seguir. Tomar esto como una experiencia. Hacer oídos sordos a los “perfectos” y darse cuenta que el fútbol es eso, alegrías y tristezas.

Palacios… no me debés nada.