Foto: euro.mediotiempo.com
La selección nacional de Honduras logró la clasificación al Mundial en El Salvador en la noche del miércoles y por la mañana de este jueves se ha convertido en víctima del engaño por parte de los grupos oligarcas al convertirla en un despreciable artículo político. Los seleccionados visitaron al golpista Micheletti, pero ellos no tienen toda la culpa. Nada mejor se le pudo haber ocurrido a sus jerercas.
Esta visita ha dejado un sabor amargo en muchos de nosotros que amamos el fútbol y celebramos la clasificación, pero le tenemos repelencia a la dictadura instalada desde el 28 de junio pasado. Otra vez se muestra que por el poder ellos, los oligarquía salvaje, son capaces de todo, cuando decimos todo, es todo.
Cierto, en todos lados se acostumbra esto, pero ¿ir a visitar a un dictador, que suspendió los derechos individuales?, ¿que ha ordenado disparar contra los protestantes? ¿que por cuyo capricho sufren millones de hondureños? ¿Un hombre aplazado en las urnas internas?.. un hombre que llegó al poder luego de habérsele disparado al Presidente legítimo, un hombre, que se apoyó en una “supuesta” renuncia del presidente legítimo, no merece más que rechazo.
El equipo nacional llegó a la Casa de Gobierno este mediodía y se convirtió en una potente arma de promoción para Micheletti, bien aprovechada por el presidente de la Comisión de Selecciones, el magnate de la televisión José Rafael Ferrari, uno de los empresarios señalados como coautores del golpe de Estado. Hombre audaz y oportunista Ferrari aprovechó, para afianzar más a Micheletti, considerado títere de los empresarios y políticos golpistas.
Pero la cosa no para allí, Ferrari es la principal pieza de la Comisión de Selecciones, pero a su par, como presidente de la Federación de Fútbol de Honduras, está otro personaje ligado a los oscuros pasajes de la historia hondureña; Rafael Leonardo Callejas. De esta manera ambos le dieron un impulso a sus propósitos aviesos en contra de la hondureñidad y reivindicando esos privilegios y poder del que nunca se han separado.
Como no podría ser de otra manera, dinero llama dinero, Ferrari y Callejas lograron también su tajada a favor de la selección nacional, luego que Micheletti en una abrupta emoción se levantó y dijo que ordenaba abrir un hueco en el presupuesto de la Nación para el proceso de fogueos que debe emprender la Selección para el Mundial de Sudáfrica 2010.
Así es que cumpliendo con lo que ha sido su norma en estos 110 días, Micheletti, echó mano una vez de los dineros del pueblo para comprar voluntades. No se sabe cuanto dinero será, pero a juzgar por sus honorables visitantes no ha de ser pequeña cantidad. Como se dice en el argot popular, dependiendo del tamaño del sapo, así es la pedrada. No digo que Ferrari sea un sapo, pero si es grande y debió recibir algo grande. Sin embargo, al teatro le hizo falta un invitado de lujo, Jonathan Burstein, el estadounidense sin cuyo gol, no hubiéramos sido nada.
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