Por Hildemaro Infante
El concepto de liderazgo se vincula a los padres
 de familia, hombres de estado, empresarios, y a todo aquel que ejerza 
funciones de guía al frente de un equipo humano. Ser inteligente y tener
 actitud de mando no es suficiente para un líder, ya que como modelo 
debe ser una persona coherente en pensamiento y actuación, mantener un 
enfoque positivo y sus motivaciones deben estar sustentadas en valores 
donde el trabajo, la constancia, el compromiso y la sinceridad deben ser
 los principales pilares.
Cuando un líder es motivado por sentimientos negativos desarrolla significativas cargas de resentimiento que van
 a tener como resultado sufrimiento a todos los que lo rodean, porque un
 líder resentido ve en todos sus semejantes enemigos que le han “robado 
lo suyo”.
Los líderes resentidos no empoderan a sus colaboradores y exigen 
lealtad a cambio de limosnas. No les conviene que los demás se 
desarrollen como personas y profesionales porque su herramienta principal de acumulación de poder es la ignorancia de los que lo rodean.
Cómo identificamos a los líderes resentidos:
* Ego agrandado, se cree predestinado, mesiánico.
* Exhibicionista, necesita ser el centro de la atención.
* Frágil de autoestima, necesita frecuentes halagos, homenajes y gratificaciones.
* Niega la realidad, en todo lo que no concuerde con sus propósitos.
* Reacciona violentamente contra toda crítica a su persona o gestión.
* Insulta públicamente a personas (¡hasta de su mismo equipo!) o a quienes no le son afectos.
* El móvil de su conducta es la exclusión, ir en contra nunca a favor.
* Inconsistencia de pensamiento y actuación.
Tenemos que estar muy atentos e identificar
 a los líderes resentidos ya que sus acciones hostiles son insultos y 
agresiones capaces de generar nuevos resentimientos y como agraviados en
 situación de impotencia podemos reproducir el resentimiento al reaccionar contra él. Debemos focalizarnos en que el liderazgo personal debe invocar la generosidad y los valores positivos.
Nota original:  http://www.latribuna.hn/2014/11/09/el-lider-resentido/
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