Matías Mejía |
La política no se ejerce en ambientes de segregación, exclusión, rivalidad, indiferencia, aislamiento, partidismo, existe para y con la finalidad de generar bienestar colectivo, para todos los habitantes de un territorio, país o localidad.
Por:
Matías Mejía
Maestría Administración de Proyectos
Experto Universitario en Derechos de los
Pueblos Indígenas
Gobernabilidad
y Cooperación Internacional
Tela, Atlántida 6 de
febrero de 2017.- Según algunos
autores, la política es una actividad orientada en forma ideológica a la toma
de decisiones de un grupo para alcanzar ciertos objetivos. También puede
definirse como una manera de ejercer el poder con la intención de resolver o
minimizar el choque entre los intereses encontrados que se producen dentro de
una sociedad.
La utilización del término ganó popularidad en el siglo V
A.C., cuando Aristóteles desarrolló su obra titulada justamente “Política”. No
hay duda, que el político, está invitado, tiene la obligación y la condición
categórica de ser, en su quehacer político, un arquitecto social, del bien
común.
Su accionar recobra el sentido de su ser y quehacer, cuando
está orientado a tomar decisiones en pro de mejorar y resolver problemas que
atañen a mejor y mayor justicia y bienestar social.
Debe armonizar y ser
agente de cambio e impulsar a las personas a la búsqueda constante de los puntos
de convergencia que garanticen su convivencia. El término, política, proviene
de la palabra griega polis, cuyo significado hace alusión a las ciudades
griegas que formaban los estados donde el gobierno era parcialmente
democrático.
Cabe señalar que es en esta cultura –griega- donde se intenta formalizar la necesidad
humana de organizar la vida social y los gobiernos. No hay duda que desde su génesis,
la política está constituida por algunas líneas fundamentales como el existir
en pro y a favor de las grandes mayorías.
La política no se ejerce en ambientes de segregación,
exclusión, rivalidad, indiferencia, aislamiento, partidismo, existe para y con
la finalidad de generar bienestar colectivo, para todos los habitantes de un territorio, país o localidad.
La política pierde su esencia, cuando quien la ejerce, busca
sus beneficios personales o las de un grupo en particular, cuando asume y
considera suplantar la Democracia por la Aristocracia.
Es de entender que la
democracia es la forma de organización política que ha cobrado mayor
popularidad en las últimas décadas, se basa en un estado elegido por mayoría en
base a lo estipulado por una Constitución aprobada por el pueblo, que ejerce un
poder parcial y organizacional y cuyo objetivo es representar las ideas del
pueblo dentro y fuera del territorio.
Esto es así en la teoría pero en la práctica pocas veces se
lleva a cabo de la forma deseada, debido a que es difícil que los políticos
dejen a un lado sus intereses particulares para velar por los de todo el
pueblo. La política es el arte de gobernar al pueblo. Motivo por el cual, vale
la pena de cara a las próximas elecciones internas y generales en Honduras, en
los próximos meses, evento que sin duda alguna, estará cargado de mucha
disputa, persuasión y discurso.
Conviene estar
vigilantes para elegir no al más guapo o guapa, ni el que tenga mejor discurso,
sino a quien tiene la capacidad de ser un verdadero hombre o mujer con arte de
gobernar para las mayorías, de forma integral, incluyente, participativo,
representativo de los grandes intereses de Honduras. Que desee gobernar como un
verdadero hondureño, pensando en mejorar la condición de vida de tantos hombres
y mujeres, niños, jóvenes, adultos de la tercera edad, habidos de una vida más
digna y con mejores condiciones y oportunidades.
URGE PENSAR EN HONDURAS, MEJORAR HONDURAS, HACERLA GRANDE FUERTE, FRATERNA, SOLIDARIA,
CON TRABAJO, EDUCACIÓN, SALUD Y SEGURIDAD ALIMENTARIA PARA TODOS Y TODAS. Igual
urge aprender a elegir.
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