Tegucigalpa, Honduras 25 de septiembre.- De la Policía en Honduras no me extraña absolutamente Nada. Ya sé
que no son capaces de distinguir un huevo de un estadio de fútbol; tampoco una
sopa de una cordillera; mucho menos distinguirán
un delincuente de una persona honesta, no lo pueden distinguir.
Ya sabemos que en vez de seguridad nuestra Policía nos da inseguridad, en vez de
confianza nos da desconfianza, pero llegar a detener a un adolecente por el simple
hecho de tirar un beso a una policía, eso sí que es el colmo. Esto es inconcebible
en un país que, desde 2004 hasta acá, han sido asesinadas 33 mil 933 personas según
cifras del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma. Casi
todos los hechores andan tranquilos en las calles, con todo y eso, la Policía
se da el lujo de detener a un joven solo por lanzar un beso al aire… noooo
La detención de este joven, ha pasado en
Corozal, mi pueblo y se hizo la noticia del día y como no, es impresionante la eficiencia que ha tendido
la policía, para llevar a la cárcel a este muchacho y con los delincuentes
no lo hacen. La Policía en vez de decirnos
como nos va a proteger, ahora resulta que anda metiendo inquietos jóvenes a la cárcel.
Para ellos no
valemos nada, hacen lo que quieran con nosotros. Pueden quebrarnos los tobillos
y van caminando porque no ha pasado nada.
No les importa la población.
Dejan a la delincuencia que opere
libremente. Lucen su soberbia, no tienen modales para hablar, insultan, no
tienen educación. Uno busca ayuda urgente donde ellos y lo que hacen es llegar
a las 3 horas. Cuando se les necesita nunca están. Nadie confía en ellos,
contemplan tranquilos que Honduras se carcoma en la violencia.
En una reunión en
Los Ángeles California, escuché, como tenían ellos sus planes y programas de acercamiento
con la comunidad para reducir la violencia. Estoy seguuro que la Policía de Los Ángeles
no es perfecta, pero ya desearíamos cambiar a estos por ellos.
Como siempre,
entonces, hoy son la noticia en forma negativa. Hoy en Honduras, calificado por
unos como el país mas violento de la latinoamerica, tirar un beso al aire es más
delito que matar.
Desde mi perspectiva
este acontecimiento debería llenar de indignación a todos los seres humanos. Tenemos derecho a nuestra
dignidad y han pisoteado la dignidad de un joven, que por ser joven comete tonterías,
a veces. A través de él han pisoteado la dignidad de todo un pueblo, de todos
los jóvenes.
Por eso me ha llamado
la atención por la tranquilidad y la pasividad
que han aceptado esta ofensa a la comunidad. Este es un insulto para todos
nosotros. Si la Policía llego a eso a Corozal, ya deberían de regresar por el
mismo camino por el que vinieron, no hacen falta, ni para tirarle besos a su
mujeres. Nada hacemos en quejarnos con la misma Policía, pero deberíamos de llevar este caso a lo Derechos Humanos, a los organismo que defienden a los jóvenes; deberíamos de hacer manifestaciones públicas, llamar a las radios y todo.
Por fortuna, el muchacho, rapido fue liberado. Ya esta en su casa.
Por fortuna, el muchacho, rapido fue liberado. Ya esta en su casa.
Protesto y la razón especial
por la que todos deberíamos de hacerlo, lo encontramos en las siguientes líneas,
cuya autoría, muchos se la acreditan a Bertolt Brecht, pero cuyo original
es del teólogo alemán Martin Niemöller:
Primero se llevaron a los comunistas
pero a mí no me importó
porque yo no era.
pero a mí no me importó
porque yo no era.
En seguida se llevaron a unos obreros
pero a mí no me importó
porque yo tampoco era.
pero a mí no me importó
porque yo tampoco era.
Después detuvieron a los sindicalistas
pero a mí no me importó
porque yo no soy sindicalista.
pero a mí no me importó
porque yo no soy sindicalista.
Luego apresaron a unos curas
pero como yo no soy religioso
tampoco me importó.
pero como yo no soy religioso
tampoco me importó.
Ahora me llevan a mí
pero ya es tarde."
pero ya es tarde."
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