domingo, 27 de noviembre de 2011

Lucky Dube: Compromiso político y música (II)

. Diario EL PAIS
Estoy sentado en el porche de la chabola de zinc que comparten Abu y Gbessay en el barrio de Lumley, en Freetown. He venido a visitarlos. Es domingo por la tarde y llueve. Escuchamos a Lucky Dube mientras esperamos a que descampe. Uno de ellos, que no deja de balancearse al ritmo de la música, comenta, más bien para sí mismo: 
 — Jamaica es el país más importante de África; todo el mundo nos admira por la música de ese país, el reggae.
Yo, medio adormilado, no reacciono de inmediato. Cuando soy consciente del error le corrijo:
 — Jamaica no es un país africano, está en América.
 — No es posible — responde Gbessay— allí todos son negros y su música es la que más se escucha aquí.
Fue imposible convencerlos de lo contrario.
Es verdad que el reggae se escucha mucho en casi todos los rincones de África, pero Lucky Dube, uno de sus grandes representantes, no es jamaicano sino sudafricano. Recuerdo que aquel día escuchábamos el álbum titulado Slave.
Lucky Dube evolucionó desde la música pop sudafricana, donde llegó a ser muy conocido y vendió muchos discos. El cambio fue resultado de su toma de conciencia política. Convencido de que el reggae era el mejor camino para transmitir un mensaje a las masas, en 1984 publicó Rasta never dies, el primer disco de este género grabado en Sudáfrica.
El álbum fue secuestrado por las autoridades de Pretoria, pero el cantante continuó su lucha y al año siguiente grabó Think about the children. Sin embargo, fue en 1987 cuando obtuvo su primer gran éxito con Slave. Los conciertos de presentación del disco fueron actos multitudinarios a favor del fin del sistema de discriminación racial. La presión del público hizo que la censura se levantara y su música empezase a ser conocida fuera del país.
Aprovechando el impacto internacional, Lucky Dube graba canciones que denuncian la situación de injusticia que se vive en su país. Al mismo tiempo, hace un llamamiento a todos los sudafricanos, independientemente del color, a unirse en Together as one.
Los gatos y los perros
Se han perdonado
Por qué nosotros no podemos hacer lo mismo
Todos estos años
Peleándonos uno con otros
Y todavía no hemos solucionado nada.
Lucky Dube adquirió cada vez más protagonismo en la lucha contra el apartheid y a favor de la liberación de Nelson Mandela. Una vez conseguidos estos objetivos no descansó y siguió luchando por la justicia y la verdadera libertad para todos los pueblos de África. Este compromiso le llevó a países como Uganda o Ruanda y a participar en conciertos benéficos o de concienciación junto a otros artistas internacionales como Peter Gabriel o Sting.
Su último éxito, Respect, de 2006, resume su sueño de vivir en una sociedad donde se respeten los derechos de todas las personas que siguen siendo marginadas y explotadas por los poderosos de este mundo.
Aunque seas el presidente
O el vicepresidente
No tienes por qué conocer ni mis ideas políticas
Ni mi religión
Respétame por quién soy
No por lo que soy
A nadie le interesan tus dólares
A nadie le interesa tu riqueza
Ama a los que te aman
Ama a los que te odian
Bendice a todos los que te insultan.
A pesar de su declarado pacifismo, murió víctima de la violencia callejera de Sudáfrica. En 2008, recibió varios tiros cuando unos delincuentes comunes intentaron robarle el coche que conducía en Rosettenville, a las afueras de Johannesburgo. Sus canciones más famosas se editaron, a modo de homeje póstumo, en un álbum recopilatorio titulado RetrospectiveLea el artículo original

domingo, 20 de noviembre de 2011

Ser periodista en Estados Unidos/Europa y en Honduras: ¿Cuál es la diferencia?



La diferencia es una bala disparada a tu cuerpo. Dos balas o tres balas. Podrían llegar a ser hasta 15 balas. Alguien podría decir hasta aquí llegó el artículo, pero es aquí donde se pone interesante, porque esos tiros podrían ser hacia tu hijo o a algún familiar. Esa es la gran diferencia entre hacer periodismo en Estados Unidos y Europa, a hacerlo en Honduras.

La esencia de esta verdad se palpa todos los días, Honduras se desangra y quienes estamos en la primera línea somos los periodistas, aquellos que intentamos ser el heraldo de un estado de derecho, somos los débiles. 
Si Usted es de los que gusta calificar a los colegas de aquellas latitudes por encima de los de acá, asegúrese de haber agotado  todas las variables.

Los riesgos para ejercer el periodismo se trasladaron a Honduras, un país, donde hace muy poco se miraba con asombro e incredulidad lo que las noticias contaban sobre Colombia, México y El Salvador, tres países donde trabajar como periodista era andar con las coronas y las flores encima.

Cualquiera podría pensar que las amenazas provienen solamente del crimen organizado y el narcotráfico y, sí, es cierto, pero aquí tampoco se puede criticar a los súper poderosos  políticos, a los grandes empresarios, ni a sus empresas, tampoco a los mareros (pandillas).

A mi gusto, a partir de la facilidad con que le detienen la vida a un periodista en esta zona, no hay parámetros para medir la valentía de un periodista del Norte con uno de estas tierras.

Me imagino en un Tribunal de los Estados Unidos, defendiéndome de una acusación. En juicio oral y público, con los fiscales y los abogados defensores en ardorosas batallas verbales, con un público petriíficado y los medios de comunicación dando sus reportes. Eso es en Estados Unidos. Aquí en Honduras, aunque nos acusan de libertinaje, estos juicios casi no existen ¿por qué?...   Ya se imaginarán porque.

Datos a saber: “en tres años, 23 periodistas muertos. Sólo en el 2010 y en lo que va del 2011, el ejercicio periodístico en Honduras quedó marcado por el asesinato y la impunidad de más de una docena de comunicadores sociales, amenazas y atentados contra periodistas y medios de comunicación”, dice Diario La Tribuna del 22 de septiembre de 2011.

Pero es peor, porque a veces las víctimas pueden ser los hijos… Vaya suerte, la nuestra.  La lista es grande  y tal parece que las autoridades no se dan cuenta que es obligación de ellos proteger el bien  más preciado que tiene todo ser humano, la vida. A estas alturas ya no podemos hablar de Libertad de expresión,  es como quien dice en el lenguaje popular perdimos el derecho a muirmurar... eso  se acabó y lamentablemente habiendo perdido esos derechos, no se puede gozar de ningún otro, lo que nos deja un estado en pedazos.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Árbitro hondureño investigado por racismo contra futbolista garífuna

Palacios en foto oficial de la FIFA durante el Mundial de Sudáfrica 2010
La Comisión de Disciplina del Norte de Honduras investiga, por racismo contra el futbolista garífuna Jhony Palacios, integrante del Club Olimpia Deportivo, al árbitro de fútbol Mario Moncada. Esto sucedió en el fútbol profesional de Honduras.

Los garífunas somos uno de los nueve pueblos indígenas y afrohondureños,  resultado de cuando el negro africano llegado a la isla de San Vicente se mezcló con la india arahuaka antes del año 1635. Actualmente vivimos, predominantemente, en la Costa Norte de Honduras. Tenemos lengua propia y nos diferenciamos del resto de la sociedad hondureña por nuestro bello color negro azabache y nuestra una cultura rica.

De regreso al Caso Palacios, según la relación de hechos.,durante el partido Olimpia-Choloma del pasado 1 de octubre, Moncada llamó “negro culero (homosexual)” a Palacios. De ese suceso la cámara de TV sólo mostró el movimiento de labios de Palacios, diciendo al juez “Hijue….”

Acto seguido, el jugador fue expulsado. Al terminar el partido Palacios se disculpó y relató lo ocurrido. Cuando todo parecía que esa queja iba a terminar como muchas otras ,la Comisión se avivó y anunció la investigación.

En realidad no sé, cuanta capacidad investigativa tendrá la tal Comisión. No sé qué más puede hacer, además de un careo entre Moncada y Palacios que deben estarse odiando a rabiar. Por lo pronto, deseo que haya justicia, no con esto estoy sugiriendo que Moncada sea culpable.

El racismo es un delito grave socialmente y también en la esfera deportiva. La Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), rectora del fútbol mundial, castiga duramente a los racistas. Hay famosos precedentes, aún y cuando esa severidad de la FIFA, no se entienda, ni se aplique en algunos de los países como el nuestro.

No obstante, nosotros los que nos hemos matriculado en la lucha contra este mal, debemos insistir en que cualquier insulto racial es inaceptable. El racismo venga de donde venga no se debe tolerar. Hay que procurar que el deporte sea un espacio libre de racismo.

Y es que partiendo de la ley de la causa y el efecto, algo tuvo que haber pasado para que Palacios reaccionara de la forma que lo hizo. Es difícil creer que el insulto al árbitro le  vino solamente porque le habi a mostrado tarjeta amarilla a Palacios por una accion previa. Todos somos responsables de nuestros actos. Todo tiene una consecuencia y por más insignificante que sean nuestras acciones algo vamos a recibir a cambio.

Mientras tanto, Moncada ha negado la acusación y dijo que hasta tiene un nieto “negrito”.  El miércoles el árbitro viajará a San Pedro Sula para rendir su declaración ante la Comisión. Al final conoceremos la verdad o quién sabe, a lo menor no.