sábado, 23 de julio de 2011

"Te voy a matar a un familiar"

Esto es lo que buscan los extorsionadores.

Venía en carretera en un viaje largo,  casi dormido, de pronto el teléfono móvil vibra y en pantalla un número desconocido,  y…. Hola?.. Alo –Me contesta y pregunta- ¿quién habla?… ¿Con quién quiere hablar? ..Tiro yo con vos enojado. Y me dice: Tu número es XXXXXXXX , me dieron tu número, soy de la MS man, no me vayas a cortar, ni le vayas a decir nada a nadie, estoy frente a tu casa, te estamos llamando porque queremos una colaboración, qué preferís colaborar voluntariamente o por la mala, queres que entremos a tu casa y matemos a uno de tus familiares, nosotros no bromeamos, estamos frente a tu casa man”.

Nunca le pregunté qué quería, simplemente alargaba las cosas con el ánimo de escucharlo, ni si quiera me llegó a asustar y seguía “sabemos todo de vos, nosotros no queremos hacer nada malo, ¿queres que entremos a tu casa?.

Cuando me canso de oír, le corto y a los 5 segundos vuelve de nuevo “No estoy jugando con vos, vamos a entrar a tu casa y vamos a matar uno de tus familiares”, dice con aparente determinación, soy de la MS, agrega.

A todo esto yo solo contesto: si, ehh, ok, bueno, ya voy, deme chance y me preguntaba “qué queres” y… yo le salía con los mismo: si, ehh, ok, bueno, ya voy, deme chance.

Venía desde Santa Rosa de Copán hasta Tegucigalpa, es decir del occidente hasta el centro de Honduras. La extorsión es algo que se ha puesto de moda en nuestro país, siempre es bueno contestar con calma, no ofuscarse. El tipo que me habló, escogió la forma más certera de hacer dinero, aunque no le llegué a preguntar que quería, ¿quién no entregaría lo que fuera por salvarle la vida a un familiar. No obstante conmigo, solo un pequeño detalle… Vivo solo.

Con mi otro celular, en el instante en que le colgué averigüé sobre mi familia. Y todo bien. La llamada era una falsa extorsión.

Asumo que la marcación de mi número fue al azar, pero debemos tener cuidado con revelar nuestra información. Debemos ser mezquinos con nuestros números de telefonos, direcciones y otros datos de contacto. No olvidemos que en el Facebook andan miles de delicuentes. Mucho cuidado con números desconocidos y manejar mucha información sobre nuestros familiares. Ojo tampoco demos información de otra persona.

Tengo el número, pero no me motivo en dárselo a la Policía o a la DGIC, porque no sé qué vayan a hacer con mi información. Habrá policías buenos, pero estoy aburrido de la coincidencia entre policías y delincuentes.

Finalmente, no sé nada sobre maras, aunque si leo a diario los periódicos, escucho noticias y sé muy bien lo que pasa en mi país, estos tipos viven jugando con el miedo de la gente.. es lo que se llama terrorismo. Son cientos de personas que corren a depositar sus dineros por llamadas como la que recibí. Que lastima. Bien dicen algunos que el infierno está aquí mismo en la tierra. Tenemos un bello país, pero hasta ahí, no más.