Algunos sueños se cumplen antes de tiempo, incluso, sin haber hecho nada uno para alcanzarlos, así haber visto a Kofi Annan dirigir la ONU, Obama al frente de Estados Unidos y que la transnacional FIFA haya decidido organizar un Mundial de fútbol en África, responde a varias de mis aspiraciones personales. Esto es, justamente, lo que acontece con ver, en Honduras, el nacimiento de la Secretaría para el Desarrollo Económico de los Pueblos Indígenas y Afro hondureños.
Esta maravillosa iniciativa cuyo parto fue en los pasillos de la Organización de Desarrollo Étnico Comunitario, recobra lo que muchas veces pensé y es que pareciera que el pueblo y algunas organizaciones sociales van adelante y el gobierno viene atrás. En pocas palabras, ODECO y demás organizaciones le han enseñado la luz al gobierno, justo cuando las autoridades demandan de ideas, pues claro está, ellos no pueden solos con el paquete.
Según algunos cálculos, en Honduras las etnias constituyen el 10 por ciento de la población, pero esto no se refleja en los presupuestos, tampoco en obras públicas, menos en proyectos de compensación social. No se refleja en representación del Congreso, tampoco en los empleos de gobierno, en becas, bonos y otros.
Por fortuna el Presidente Lobo ha aceptado incursionar en estos caminos y seguro podrá regar las semillas para que la nueva Secretaría germine y sea símbolo de una nueva Honduras.
Pero este es sólo el inicio, este es el medio no el fin, quienes crean que los objetivos serán fáciles es porque aún deben estrenar cerebro. Lograr que los enemigos suelten los 25 centavos que nos faltan para ajustar el peso, no será como caracol en pesera. No señor, ese caracol está en las profundidades del Atlántico.
Si yo fuera Porfirio Lobo Sosa, daría de inmediato mi apoyo a esta iniciativa. Llama la atención como en Honduras se apoya a otros sectores en la misma proporción en que se ha pronunciado el abandono de los pueblos indígenas y afrodescendientes.
Sólo para mencionar algunas contradicciones, desde hace mucho, se canta el himno nacional en garífuna, pero esto no ha tenido efecto en el Gobierno, es más ni siquiera parecen haberse enterado. Las cifras del Instituto Nacional de Estadística mienten burdamente en relación a las etnias y si es en materia de salud y educación, los pueblos indígenas y negros tienen los peores indicativos.
Está justificada entonces la creación de esta Secretaría, como un antídoto a las epidemias generadas desde el propio nervio central del Estado. Sin duda ahora dejaremos de ser meras cifras y podremos, por fin, estrenarnos en la lista de ciudadanos. ¿Quién con una luz se pierde?