Tegucigalpa, Honduras 13 de noviembre de 2014.- En honor de la verdad no conozco Barra Vieja, pero no hace falta. Tampoco
conozco Miami, Tela. Estas dos
localidades viven una intensa presión de la elite hondureña por sacar de ahí a
sus habitantes, es cuando el rodillo del desarrollo pasa por encima de todos.
Hace mucho aquí en Honduras se
inventaron que el turismo era la panacea y desde entonces empezaron a echar a
andar una maquinaria para hacerse de los territorios con ese potencial, los peores víctimas somos los garífunas.
Iniciaron por Cayos Cochinos, Punta Piedra, Cuero y Salado, San Juan, Miami.
Los medios de comunicación no dan
detalles de la lucha de esta gente. El propósito es atacarlos en silencio, sin
que los otros hondureños y el internacional
se den cuenta.
Los principales dueños de los
medios de comunicación son parte del consorcio que pretende adueñarse de ambas
comunidades para destinarlas al turismo. Por eso, para romper ese cerco mediático
acudí a un conversatorio en donde los
pobladores de Barra Vieja pudieran exponer a los asistentes la disímil lucha
que enfrentan contra el dinero y la corrupción. Es David contra Goliat o algo
peor. Una lucha de los que no tienen nada contra los que lo tienen todo.
Se supone que en medio de esa brecha
está el Estado, el que debería de mediar para hacer prevalecer que en Honduras
no hay clases privilegiadas, pero no su actitud silente y del lado de los
invasores y exterminadores.
La Policía Nacional le hace los
mandados a los empresarios, ellos antes y después que aparecen con su barbarie
contra nuestros hermanos aparecen en las propiedades de sus “amos” desayunando
o almorzando, tomando gaseosas. Que el triste el papel. En vez de dar protección
a los pobladores llegan y los atacan, les sacan sus platos, sus camas todos sus
harapos. Asustan a los niños, amenazan a los hombres, son verdugos y no
defensores. Insinúan sus armas de grueso calibre contra población desarmada.
Un testimonio llamó mi atención cuando
el Presidente de Barra Vieja -Carlos Castillo-, un joven de 40 años que vestía de camisa naranja,
dijo que le había contestado “Pues esperen que el mar se seque para irse a vivir
ahí”. Eso lo dijo un Policía al ripostarle que si los sacaban de Barra Vieja
para donde iban. Aludía el hombre el gusto garífuna por el mar.
Y aquí vengo
Cómo convencer a los Policías y Militares
que no pueden meterse contra la población? Cómo convencer a este grupo de sicópatas,
que en vez de mostrar compasión muestran placer al contemplar el dolor humano?
Cómo convencer al Congreso
Nacional de ejecutar su papel digno, de devolvernos la esperanza, que hagan su
trabajo, que abandonen su papel de marionetas,
títeres? Hasta cuando debemos tolerar diputados reptiles que se arrastran a los empresarios y que pican a los descalzos?
Donde está el Congreso representa al pueblo? Por qué no pasarse del lado de los
pobres?, Para qué del lado de los ricos si ellos no lo necesitan? Acaso estamos
para apañar a esa bola de traidores, puñaleros que empuñan su arma blanca
contra nuestro pueblo?
La Orden de Desalojo contra "Joyce Mejía Lorenzo y otras personas" |
La Corte Suprema? Bendita Corte
de la injusticia, de la mentira, de la violación de derechos humanos, Corte
inmunda y pestilente, por más perfume con que se inunden siempre despiden el malo
olor de sus conciencia servil, indignos siempre huelen mal. Huelen bien los
dignos, los que se levantan contra la injusticia, los que son capaces de tender
la mano a los que menos tienen, esos huelen bien. La Corte está lejos de eso.
Y nuestras organizaciones hermanas,
son otra caricatura, muchas de ellas ni siquiera se han pronunciado por el caso
de Barra Vieja. Tienen temor a perder sus limosnas. No tienen valor. No valen
nada. Viven la vida fácil, candil de la calle y oscuridad de la casa. Dan la
espalda a sus hermanos y se venden como honorables. Está concentrado cada quien
en sus islas de excelencia. Viven en una nube solucionando solamente sus
problemas.
Y a mi pueblo, abrí los ojos. Hay
que unirse. Hoy es Barra Vieja. Mañana será Corozal u otro. Hemos perdido mucho
terreno. Uno se puede morir de muchas formas, hasta de la indiferencia o de
nada. Hay que morir por algo. Elevemos la voz.
Lean esto. No lo descarten aquí:
Ibérico Saint-Jean, Gobernador de Buenos Aires durante la dictadura de
Videla: “Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus
colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen
indiferentes y, finalmente, mataremos a los tímidos”. El fin era desaparecer a todos. Y uno puede morir de muchas formas. Tomado de DIARIO EL PAIS.. nota original http://internacional.elpais.com/internacional/2014/11/12/actualidad/1415831958_585233.html