Emigrantes garífunas en su ruta a Estados Unidos. Una foto publicada en Facebook de la Radio Comunitaria Sugua de Sambo Creek |
Tegucigalpa, Honduras 17 de junio de 2014.- Del tiempo de mi primer artículo al actual,
la cosa ha cambiado un poco. Hay más publicidad sobre el asunto, pero todavía
hay gente yéndose a pie a Estados Unidos, rifándose la vida para cruzar una de
las fronteras más peligrosas del mundo. Paradójicamente mientras unos se van
otros vienen, solo en lo que va del año Estados Unidos ha deportado unos 18 mil hondureños. Así se va escribiendo esta triste historia de lucha contra la
pobreza y de buscar lo que aquí no se encuentra.
A los “coyotes”, verdaderos
artistas del engaño, profesionales auténticos de la mentira graduados en la
universidad de la vida, no les cuesta mucho sacar dinero a los familiares de
los inmigrantes porque juegan con el sentimiento. Saber que un pariente está
cruzando México es un sufrimiento y una fuerte presión para el que pone el
dinero sacado, casi siempre, de donde no hay.
La gran mentira de los coyotes es
que a las madres no las detienen con sus hijos, que al llegar ellas son
recibidas y su vida cambia al instante. La verdad es que no existe ninguna ley
que establezca eso.
Un boletín de la Organización Coalición Garífuna fechado el pasado 5 de mayo indica que “Recientemente se nos informado
que la gente ha confundido DACA como una ley que beneficia a los niños y están
pagando altas tarifas a los traficantes de personas sin escrúpulos para mandar
a sus hijos a la frontera de EE.UU. y México con la esperanza de que van
a calificar. Esto está lejos de la verdad, DACA sólo beneficia a los
inmigrantes que llegaron en la infancia a partir del 15 de junio 2007 al 15 de
junio de 2012. Sin embargo, este malentendido ha provocado una crisis de
jóvenes migrantes ilegales para el Departamento de Seguridad Nacional”.
Lo que sí es real es la crisis hondureña,
el aumento de la criminalidad y el desempleo ha convertido a nuestro país en un
territorio invivible. Los garífunas tenemos muchas menos posibilidades de
empleo. No existen ayudas a familias pobres y tampoco existe fiabilidad de
salir adelante en el largo plazo puesto que la educación es deficiente.
Ante este escenario, nuestra
tabla de salvación son los dineros que remesan nuestro familiares desde Estados
Unidos, por eso se van. De no ser por las remesas esto fuera un cataclismo. Los
Gobiernos han contemplado indiferentes el éxodo de sus ciudadanos y se han
olvidado de su tarea fundamental que es producir bienestar. En otras palabras el gobierno de Honduras parece más interesado en que la gente se vaya a que se quede, precisamente por la captación de divisas, remesas. Es casi una política. sin decreto.
Otro elemento a analizar es que a
la niñez, Honduras es un país que no se le da bien. Están expuestos al peligro,
sos víctimas de la irregularidad en el sistema de educación pública y son los
peores golpeados por la pobreza.
El pasado 4 de mayo un sujeto entróa una casa de habitación en el municipio garífuna de Limón Colón y asesinó a
cuchilladas a cuatro menores de 13, 10, 7 años y un niño de 18 meses de edad. Según
las autoridades el sátiro habría violado también a la niña más grande que tenía
13 años.
Solo unos días antes, había
ocurrido lo mismo con cuatro menores de San Pedro Sula. Diario La Prensa informó
que en una investigación dieron con que en un solo mes habían asesinado a 8
menores. Una de las versiones es que el asesinato es un castigo para menores
que se niegan a integrar las pandillas.
Por eso y más muchas familias optan
por arriesgarse a la difícil travesía hacia Estados Unidos que puede terminar
con un abrazo y reencuentro familiar, pero también con la banda criminal los
Zetas o cualquiera otra de las muchas que operan en la zona fronteriza entre México
y Estados Unidos.
Mientras tanto, las sillas escolares de los pueblos garífunas
continúan quedando vacías Orddys Castillo, una maestra escolar denunciaba recién
que en el Centro Educativo Marco Aurelio Soto de la comunidad garífuna de
Tornabé, Tela este año han emigrado 120 alumnos, un fenómeno que afecta también
a los maestros, pues si no hay alumnos, no hay docentes.
En Corozal, La Ceiba en un videodifundido por Nanigu Ofraneh en YouTube, Yilian David habla de 90 personas que se han marchado, si
sumáramos comunidad por comunidad y lo contrastáramos con la población
flotante, sumamos los que se han ido de toda Honduras y de Centroamérica, diríamos
que la situación es, ni más ni menos que
una crisis humanitaria, un éxodo equivalente al que generan las guerras o los
fenómenos naturales.
¿Qué
hay que hacer?
No lo sé exactamente,
probablemente nadie lo sabe. Ni siquiera los gobiernos pueden detener esa vorágine.
Lo que si recomiendo a las organizaciones es que viajen al sector y corroboren
in situ. No es bueno hablar por efecto de la repetición o solamente
involucrarse para obtener recursos. Hay que provocar una ALERTA MUNDIAL sobre
esta crisis humanitaria, llamar la atención de la ONU, de los gobiernos y de
las organizaciones que trabajan por la niñez. Este es el inicio, luego aplicar
un paquete de medidas basadas en el análisis de causa y efecto. Algo se puede
hacer.