Aquí la idea es encontrarse cara a cara con la democracia triunfante de los Estados Unidos, palpar las formas y métodos que le han permitido llegar a este sitial, pero no solo es eso sino también explorar el papel evolutivo de las minorías étnicas y raciales, además de su interesante composición demográfica. También conoceremos como los estadounidenses promueven mejoras en las relaciones étnicas y raciales a través de la diversidad y, los conceptos políticos, económicos y culturales que mueven este gigantesco país.
Y mientras la fina ciudad de Washington, me ofrece parar por los puntos que a menudo observo por la televisión, ya pienso que todo es posible cuando un país es movido por la cadena más fuerte que es la voluntad. Todo es posible cuando hay amor a sus semejantes y temor a Dios. Pienso en una Honduras fuerte con capacidad de cuidar a sus hijos y darles igualdad de oportunidades, que por lo menos haya agua para todos.
Desde luego que nunca he sido presidente de la República, pero algo me dice que es posible encontrar los hilos para manejar esa gran empresa, hacerla rentable y dar todas las respuestas a la población. Eso sí hay que ser creativos porque de nada sirve copiar.
El comité bienvenida encabezado por un clima benigno, me mueve por los pasillos de esta ciudad histórica que ha librado muchas batallas. Washington es una metrópoli diferente con una aureola inspirante, que te mantienen soñando con los ojos bien abiertos.
Salgo por la Estación Metro Centre y comienzo a observar los edificios referentes… el Capitolio por allá, Lincoln Memorial, Tesoro, el Obelisco.. Un monumento a los soldados… cuantas cosas para ver… los agentes del Servicio Secreto evaluando quienes van y quienes vienen y encuentro un enjambre de fotógrafos buscando la mejor toma de la Casa Blanca.
Así he empezado mi programa de Visitante Internacional y mañana, temprano a las 8:35 am, me dice Mathew… Hay que estar ahí a la hora me insiste, he aquí otra de lo secretos del por qué Estados Unidos es Estados Unidos, la responsabilidad.