viernes, 7 de agosto de 2015

Muere en Tegucigalpa, Salvador Suazo




Salvador Suazo de suéter negro me aconseja en mi investigación.
Hay momentos tristes y este es uno de ellos. El escritor garífuna Salvador Suazo ha muerto. Ha abandonado este mundo. Se ha ido por el camino sin retorno esta  mañana en Tegucigalpa, dejando una consternación profunda en la población garífuna consiente de que con Salvador se marcha un pedazo de su historia.

Salvador Suazo venía luchando con ferocidad, así como era él, contra una enfermedad que lo mantuvo en cama. Luchó hasta lo último, pero finalmente la muerte, ésta que nos llegará a todos, lo ha dominado. Por fortuna algunos seres humanos, Salvador entre ellos, corresponden a la eternidad, es decir por más que se repita su muerte, él queda entre nosotros, tiene un enorme legado, lo recordaremos todos los días.

No exagero si digo que Salvador Suazo es una eminencia, una leyenda. Su marca más profunda es el apasionamiento con que marcaba los temas de su comunidad. Era un hombre sumamente enamorado de la cultura garífuna, si no fuera por esto, nunca habría alcanzado los 13 títulos que lo han consagrado como el autor más prolífico del pueblo garífuna.

Una simple búsqueda en el internet, basta para estimar el legado de Salvador Suazo. Para citar alguna obra hay que echar un vistazo al Diccionario Garífuna, intitulado “Lila Garífuna”, una fantástica obra que reúne 10 mil palabras producto de 30 años de investigación.

Más de su obras? Conversemos en Garífuna; De Saint Vicente a Roatán; La Sociedad Garífuna; Los Deportados de San Vicente; Da Nubebe; Uraga, la tradición Oral del Pueblo Garífuna; Haun Damusian, El Almanaque garífuna 2000 y  Irufumali: la doctrina esotérica garífuna.

Tiene también una consolidada carrera lingüística pues ha publicado La Escritura Garífuna; De Caribe a Garífuna; La Normativa Lingüística de la Lengua Garífuna; La Gramática Escolar Garífuna y el Diccionario Escolar Garífuna.
Salvador Suazo es además socio honorario de la Academia de Geografía e Historia de Honduras de la que en 2004 obtuvo placa de reconocimiento por su aporte a la cultura nacional.