Limber interponiendo su denuncia en la Fiscalía. Foto de El Heraldo |
Tegucigalpa, Honduras 3 de marzo de 2014.- Poco a poco llegan las denuncias por racismo en nuestro país, ésta vez ha sido Limber Pérez. ¿Quién es
él?... no importa. Asumamos que es cualquier negro/garífuna, lo toral aquí no
es la profesión o clase social, es el respeto a la dignidad humana, un supuesto
básico pero que en Honduras son palabras mayores, especialmente cuando se
refiere a la relación de ellos, los no negros con nosotros los negros.
El pasado 27 de febrero apareció en
el Ministerio Publico y la noticia se propagó como el humo. Limber trabaja como
Promotor de Deportes en la Alcaldía de Tegucigalpa y según su denuncia, la
ciudadana Ana María Pineda, Sub
Gerente de Prevenciones Sociales de esa institución lo discriminó por ser negro.
La discriminación ésta viene servida en tratos despectivos. “Ella
me dice negro no servís, no sos un tipo útil, tú cargo deberían de
dárselo a otra persona, deberías de renunciar, la Alcaldía te regala el
dinero, sos un tipo inútil, que haces acá si no producís nada”.
Nada raro hay en esta denuncia, normalmente en Honduras, discriminación racial
ocurre a cada instante, pero quienes la sufrimos callamos. Este delito es
recurrente y culpable de que muchos negros salgan del país, de los colegios, de
las escuelas, de las universidades. La discriminación es culpable que mucha
gente renuncie a sus trabajos o que no ascienda de cargo, que no salga en los periódicos.
Muchas veces por discriminación racial las familias negras se mudan de la
colonia y tantas otras ocurrencias más. La discriminación racial es un crimen,
no solamente contra la persona que lo sufre, sino también contra el país.
Esta ciudadana, Ana María Pineda, a quien no conozco y que probablemente
no me gustaría conocer apunta que Limber es un “paracaidista” (empleado del
gobierno que no trabaja, sólo cobra), pero en sus bochornos lo que prima es que
Limber sea negro, es así que desde hace unos 18 meses, Limber viene soportando
tratos denigratorios. La cosa llegó a su fin o por lo menos esa es la idea con
la denuncia en la Fiscalía.
¿Quién es Limber? un ex futbolista destacado, recientemente
graduado de periodista, aparece en televisión comentando de fútbol. Es un padre
de familia, un garífuna. En Honduras es muy difícil ser negro, aún cuando ya no existe la ferocidad de antaño,
este país prefiere a los blancos de ojos azules.
El gran problema es que millones
de racistas no se dan cuenta que el desarrollo nacional pasa también por las
espaldas de los negros en consecuencia le deben también a los negros. Los negros
también hacemos patria, trabajamos para desarrollar el país. Los negros también
hemos trabajado para que la sociedad goce de todo lo que hoy tiene.
El problema de los racistas es
que no pueden permitir que ningún negro disfrute del pastel que ellos gozan. El
problema de los racistas es que ninguna de sus hijas se puede casar con negros.
El problema de los racistas es que no duermen bien, sonambulean o tienen pesadillas y cuando mueren tampoco descansan en paz. En las empresas de Honduras, en los gobiernos, en los organismos de cooperación
internacional, en la sociedad civil, ser negro es una condena, es muy dificil alcanzar un puesto de trabajo y cuando se logra, hay que esperar lo que se encontrará dentro.
Nuestra única solución, como
negro, es ser más negros todavía;
luchar, educarnos ser inteligentes, emprendedores, creativos. Todo eso es lo
que nos tiene hasta aquí. Si fuera por ellos, ya nos hubiera dado cáncer a todos.
Pero hemos sido trabajadores, nos hemos educado, hemos actuado inteligentemente,
somos emprendedores y creativos. Esa es la receta. Necesitamos más de todo eso.
No serán los racistas quienes nos
van a parar. Es más nadie nos va a parar.
Aún con las piedras en el camino
los negros de Honduras caminamos hacia el éxito. De África hasta San Vicente y
de ahí para acá, ¿Qué ha sido fácil? Nada ha sido fácil. Emigrar a Estados Unidos, a Europa. No es fácil.
Para nosotros nada ha sido fácil. Sin embargo ahí venimos con éxito, superando
todos los obstáculos. Vamos por más.