Hace unos días el Gobierno sacó el Ejército a las calles para detener la ola de criminalidad, pero sirvió de muy poco (Foto La Tribuna) |
He aquí una película imaginaria que funciona también como una adivinanza: un ciudadano que deambula como demente en la calle, con miedo a todo, no confía en nadie, teme hasta a su propia sombra, camina siempre a prisa por temor a ser víctima, es una persona absolutamente paranoica, le haces una ademan y pega al grito de pavor ¿De qué país es?
Si pensaron Honduras, así es…
Pues resulta que los psicólogos hondureños han descubierto que somos enfermos mentales todos y de eso tiene la culpa la violencia extrema en que vivimos. Cierto es que en estos tiempos son muchos los que se hacen los locos, abandonan la responsabilidades y los retos y mejor se tiran a las calles cargando una bolsa de basura, pero yo no me refiero a ellos, hablo de aquellos que están o estamos enfermos y no lo sabemos.
Una noche, aquí en la peligrosa Tegucigalpa, entré a una Farmacia. Eran apenas las 7, pero a esa hora son pocos los valientes que se atreven a salir, de antemano aclaro que no estoy dentro de esa limitada lista, pero de todas maneras me fui, estaba concentrado en la pastillíta, cuando de pronto y en medio del silencio entró un amigo, mencionó mi nombre en forma de grito, aquello me provocó un estrés bárbaro. Él viendo mi reacción se disculpó, pero no pudo contener la risa, yo también me reí junto a él, me burle de mí mismo. Así estamos en Honduras. Vivimos asustados, caminamos asustados.
Son muchos también que no hacen caso cuando se les habla en la calle, escuchan su nombre y se hacen los que no escucharon o a lo mejor, definitivamente que no escucharon, siempre por la misma situación mental que nos envuelve cuando estamos en la calle.
Jorge Canahuati Larach magnate de los medios de comunicación, dijo una vez en una revista de esas de “alto pedorraje”, como diría el amigo Fredy Guzmán, que a él, le gusta mucho caminar, pero sólo lo puedo hacer en Europa por lo peligroso que es Honduras. Por suerte Canahuati tiene donde ir a pasear, seguro puede hacerlo cada vez que quiere caminar, se va a alzar la copa a Europa. El resto de los catrachos, no tenemos más remedios que andar como locos en las calles.
Pero no sólo los que salimos a la calle podemos desarrollar algún nivel demencia, en estos momentos hay miles de hondureños que ya decidieron encerrarse en su casa, lo que significa también que tienen su poquito de locos.
Haces unos años podíamos jugar a asustar a los demás, hoy en día esa costumbre está en desuso, tenemos el temor a flor de piel… Eso significa que no tenemos mente sana, es decir los hondureños somos enfermos por culpa de la ola de violencia. Honduras uno de los países más bellos de la tierra, pero también flamante tercer lugar en los países recomendados para tomar precauciones en la Guía de países no recomendado para viajar.