Memphis, Tennesse 28 de marzo de 2012.- Al tocar tierra
aquí hay que hacer un minuto de silencio y guardar un momento en honor a uno de los hombres más grandes que ha parido
la historia, ese hombre recibe por nombre y apellido Martin Luther King Jr. Memphis,
la ciudad donde estoy ahora, pasa a la historia
porque aquí fue en donde terminaron con la vida de Luther King una bala asesina
segó su vida en el balcón de un hotel, quizá
por aquella huella y por muchas más, era importante venir y seguir profundizando
en la participación política de las minorías.
Memphis no parece a Nueva Orleans, tampoco a
Washington. Memphis es Memphis. Esta
ciudad sureña caracterizada por varios modales de sus habitantes, fue un
importante punto de cultivo de algodón, en donde fueron esclavizados miles de
afroamericanos. Lo bueno fue que aquellos acontecimientos que nos llenan de dolor, fueron el inicio de la revolución
de los negros en Estados Unidos, de tal manera cual que fuere nuestra situación
como persona y como pueblo tenemos esperanzas, hay que comenzar hasta lograr ver nuestros patios completamente
verdes.
Es imperdonable que conociendo el camino, no avancemos por él. Es tiempo de darnos
tiempo. Es tiempo de encontrarnos juntos,
vernos, a los ojos y preguntarnos quienes somos, que hemos logrado y para donde
vamos.
Bueno fuera que no hubieran necesidades, que todo
estuviera lindo, que viéramos llenas todas las mesas de nuestros hermanos, que
no existieran enfermedades y si los hubiera que todos tuviéramos la capacidad
para lidiar con ellas y derrotarlas, que la educación fuera ese alimento, que
se sirve como tiene que ser.
Bueno fuera que hubiera tierra para todos, pero no. Nuestra
sociedad, nuestra gente está embarazada de problemas y nosotros, los que
tenemos los ojos abiertos, debemos hacer algo por aquellos que aún los tienen
cerrados, es nuestra tarea seguir esa lucha emulando a aquellos que trabajaron
para que nosotros tuviéramos más de los que ellos tuvieron.
Otro detalle histórico de Memphis es que aquí también triunfó
el famoso Elvis Presley. En cada esquina hay algo del famoso superastro que teñía
pelo rubio, pero que se lo teñía de negro. Es una ciudad muy especial, me
parece buena para vivir, aún y cuando las memorias de tanto sufrimiento de nuestra
gente, perturbe cada paso que se da.
Aquí murió Luther King, terrible efeméride, pero es paradójico que aquí también alcanzó la
inmortalidad.