Donald T. sacó a Jorge Ramos de una conferencia de prensa |
Tegucigalpa, Honduras. 28 de agosto de 2015. No me levantaré para hablar pestes de Donald Trump.
Me niego a maldecir a Trump o desearle que le vaya mal. No, de ninguna manera. No pediré para él la muerte. Ni pronunciaré ninguna referencia insultante sobre su progénitora. Lo que sí puedo hacer es condenar el racismo,
venga de donde venga. De Trump y de Ramos.
En primer lugar, y en definitiva, sea Jorge Ramos
o el periodista que sea sacado de una conferencia de prensa no merece la mínima
importancia, este hecho es mera anécdota. Eso ocurre a diario con miles de
periodistas del mundo. El hecho trascendental son las medidas anunciadas por
Trump, si llega a ser Presidente.
Creo que ha sido bueno para Jorge Ramos
darse cuenta qué, es eso de ser discriminado, marginado. A la estrella que vemos por
televisión, entrevistando presidentes de Latinoamérica, diciendo o preguntando
con petulancia o aires de grandeza, lo necesitaba. Pagó entonces todas sus
malacrianzas, esas mismas que muchos latinos miraban con buenos ojos. Tenía que
pasar algún día. Sencillamente Trump, estuvo ahí.
Admiro la valentía de Donald Trump, el hecho
de pelear por lo que él cree. La decisión de llamar al pan, pan y al vino,
vino. Dirán ahora que tengo los valores invertidos y yo les contesto qué hacen ustedes
cuando discriminan a los negros en Honduras. Qué dicen cuando Univisión transmiten
una imagen ya empatronada de los negros en Estados Unidos. Sabrá, Univisión
lo que hace cuando reclama el racismo de Trump. Por qué cuando es contra los
negros el racismo está bien.
Tengo membretado a Univisión como una cadena
racista. Lo que deben hacer con esta experiencia es no hacerse las víctimas,
es tomar lo bueno y convertirse en una cadena
abierta, con otra mentalidad, lograr absoluta conciencia del daño que causa el
racismo. Miles de imágenes he visto de las que transmite Univisión de los
negros y siempre los presentan como ladrones, como lo peor. Eso no es posible.
Lo que sí me tiene sorprendido es que estas
ideas de Trump calen profundo y sean
apoyados por buena parte de los votantes republicanos. Si el
mensaje de Trump hubiera sido al contrario, ¿cómo hubiera reaccionado la
gente? Me parece que la gente se une en “tonteras”. Eso de sacar 11 millones de personas no tiene sentido. Pero la población valora a veces
la valentía o las osadías, que la honestidad y la ejecución correcta de las cosas.
Cada vez menos personas están contra de las
injusticias,la mayoría como que las ama, en nuestras caras maltratan a los vecinos o a nuestros compañeros y
nosotros callamos. No nos importa.
Ahora bien, la posición Trump en Honduras
ha causado indignación. Como siempre candil de la calle, obscuridad de la casa.
Nos indigna el racismo de Trump, pero apoyamos el racismo hondureño.
Algunas empresas y empresarios de Honduras;
oficinas públicas y privadas, sociedad civil, Organizaciones No
gubernamentales, clubes tienen abiertamente asumido que no contratan negros, afrodescendientes
o garífunas. Y eso lo podemos palpar al ir de compras, cero empleados afros; cuando
vemos los proyectos, nada de nada; cuando
vamos a los foros, en los medios de comunicaciones, nada.
Lo vemos cuando diseñan y difunden las estrategias
de país, no aparecemos. Lo encontramos en las campañas. Es así. Increíble que
la población reserva moral de este país, la población más honesta de Honduras está brutalmente marginada de los procesos.
Como producto de esta inmoral accionar contra
la población Afrohondureña encontramos altos niveles de desempleo e invisibilización.
Estamos lejos de los procesos de desarrollo del país. La población Afrohondureña
no es tomada en cuenta en los grandes proyectos, porque no tenemos, según ellos,
la capacitación o el capital y tampoco somos tomados en cuenta para los
proyectos pequeños, porque tampoco aplicamos, ¿entonces?
Esa violación constante y sistemática de la propiedad de la tierra
y territorio del pueblo garífuna, esa frecuente violación del Convenio 169 en
perjuicio de los garífunas. Eso está ahí.
No nos toman en cuenta ni en lo grande ni en
lo pequeño. Siempre salimos perdiendo. Siempre marginados. Esto es brutal igual
que las propuestas de Trump.
Por eso y muchas cosas más puedo entender que
aquí hay miles de Donald Trump y nosotros mismos, en muchas veces, sacamos el Donald Trump que
llevamos dentro. El despreciable gesto de este político-empresario estadounidense en querer sacar a tantos inmigrantes indocumentados, nos reproduce
las prácticas cotidianas contra el pueblo
garífuna aquí en Honduras.