El Gobierno de Honduras anunció hoy haber finalizado de autopsiar los 357 cadáveres del incendio de la Granja Penal de Comayagua, un proceso tan lento como doloroso. Los familiares se vieron obligados apostarse en los alrededores de la morgue soportando largas jornadas de hedor. El olor de los putrefactos cuerpos traspasaba ventanas y puertas y con ayuda del aire alcanzaba llegar a varias cuadras.
Seguro que por ahí, andaba “María”, la muchacha que siempre planeó llegar a la cárcel para conocer a su padre, además de ella otros cientos de compatriotas, que pese a su pobreza ansiaban cumplir con los protocolos de la cristiana sepultura.
En ese calvario, el lunes pasado cientos de familiares invadieron los predios de la Morgue para tratar de identificar sus cadáveres. Lo hicieron tras haber escuchar en la radio que debido a la cantidad de cadáveres, el gobierno contemplaba la posibilidad de enterrarlos en una fosa común.
Fue entonces cuando se vino el caos, los familiares se fueron contra el cordón militar hasta lograr traspasarlo. Los Policías y Militares que resguardaban el sector, intentaron detenerlos, pero fue imposible, fueron sacados del camino y cuando desesperados dolientes llegaron a donde estaban las bolsas, cada quien las abría para ver el cuerpo que había dentro.
Hay que fijarse en este detalle: los cadáveres estaban amontonados en el suelo. No fue suficiente su penosa muerte, si no que había que ensañarse con ellos hasta el final. Pero esta historia de valentía, no la pueden contar todos, muchos sucumbieron ante el olor, muchos desmayados.
Así se escribió otro capítulo de terror, algo nunca antes visto en la historia que pasó el pasado lunes 20 de febrero de 2012 como a las 2 y 30 de la tarde.