sábado, 19 de marzo de 2011

En Japón es la radioactividad, en Honduras es el hambre


Simultáneo a la crisis neutral en Japón se ha anunciado una mortal hambruna que viven algunos pueblos indígenas en Honduras, un suceso al que debería dársele toda la importancia, pero al parecer, pocos son conscientes que en este país, el hambre es un tsunami.

Se necesita una reacción nacional y global, de la misma manera que se requiere en torno al peligro de la Planta Nuclear. Como reflexionaba Ricardo Arjona: “como se sufre a ambos lados de las clases sociales” En Japón el peligro es la radioactividad, en Honduras es el hambre.

No es un detalle menor, no señor, con el agravante de que en Honduras la emergencia del hambre data ya de  varios años y  peor aún está asociado con otros males: en las escuelas no hay clases porque los maestros pasan en huelga, es decir nuestra niñez no recibe educación. Si no hay educación difícil que salgamos de esto. Hay otros "rollos", pero necesitaría más espacio.

He seguido atentamente la noticia del Japón, pero lo de Honduras no es menos. Nuestro país ni siquiera ha cubierto las necesidades básicas de su gente y causa envidia el nivel de desarrollo de otras naciones. Hubo quienes se pronunciaron por lo de Japón, que no está mal, pero no dijeron nada de la crisis alimentaria en el departamento de La Paz. 

Algo sabía de la leyenda del gran Japón que surgió de las cenizas tras la bomba atómica que destruyó Hiroshima y Nagasaki, como se recuperaron hasta convertirse en uno de los países serios del mundo, es por eso que todos le admiramos. Hoy en día mi entera simpatía y solidaridad con el país del Sol Naciente.

Cada uno de nosotros debe sacar su propia lección del 11-M japonés. Digamos pues, si esto hubiera ocurrido en otro país la destrucción  hubiese sido total, ni siquiera hubieran quedado ruinas, pero Japón de alguna forma se había preparado, es decir nosotros debemos también prepararnos.

De regreso con Honduras, aquí hemos vivido del día a día y lo que tenemos es un país lleno de hambre, ni siquiera entendemos el valor de la educación y mucho menos los acontecimientos del mundo, si no empezamos hoy, lo que nos espera son más tsunamis convertidos en hambre y pobreza.

Y… somos nosotros los que debemos propiciar esto, a la ONU solo le interesa el G-7 y quizá me alargue,  le interesan, especialmente,  los estadounidenses y europeos. Mandan los aviones a traer a sus ciudadanos y ya se acabó… ¿y aquellos? Que se maten. Esta película ya la he visto miles de veces. La miré en África, en Haití… en todos lados.

Así las cosas el PNUD, a través de sus organismos especializados conocen bien el drama del hambre en Honduras, pero lejos de hacer planteamientos serios, lo que hacen es “tapar baches”, para mantener a los pobres siendo pobres y así caminan por los países haciéndose pasar por grandes señores y señoras, que cuando se les abre el micrófono tienen la boca repleta de mentiras. Por fortuna los japoneses esto lo saben bien.