martes, 21 de septiembre de 2010

Un "escupitajo" inunda Tegucigalpa


La famosa revista Newsweek acaba de hacer su popular reportaje de los mejores países y ciudades del mundo, justo cuando una lluvia de 20 minutos que, en términos de fenómenos climáticos, vendría a ser un “escupitajo” provocó que la capital de Honduras se “ahogara”. La ciudad quedó en desastre y el Gobierno Central y, mucho menos, la Alcaldía tienen la capacidad de retornarla a la normalidad en el tiempo que debieran.

Lo que en otras ciudades pondría un cariz especial al entorno, en Tegucigalpa se convierte en un verdadero cataclismo. Con la última lluvia -20 minutos- el muro superior del Estadio Nacional se vino abajo y aplastó a un taxista, hubo varios heridos y carros dañados.

Hace mes y medio, una lluvia similar provocó un cráter en una de las principales arterias viales de la ciudad.

Además dejó “mares” en varias partes de la ciudad. Nosotros los hondureños no tenemos la cultura de la previsión de la meteorológica, de hecho los pronósticos de las autoridades locales siempre son motivos de burla, tanto así que cuando anuncian aguaceros se da un abrazador sol y viceversa.

Es extraño que la principal ciudad del país esté en tal vil abandono. Un simple aguacero paraliza todo, las calles cerradas, congestionamientos vehiculares, miles de personas no pueden llegar a sus casas, deslizamientos, techos y rótulos caídos. Ah y no solo eso, se cierra el aeropuerto.

Si por mala suerte usted se enferma, en el marco de una lluvia en Tegucigalpa, puede ser ese su último día; si tiene una cita de trabajo, olvídese; si se va a graduar, ya no lo piense; va a participar en una licitación, considérela perdida. Cualquier asunto de la cotidianeidad se vuelve en un imposible en Tegus con una simple lluvia.

Esta ciudad tiene pocos canales de aguas lluvias y los que hay están colapsado. Las construcciones son pésimas y para colmo, los ciudadanos no contribuimos.