sábado, 6 de agosto de 2016

El triste final del Dr. Sebi un extraordinario hondureño que el país no supo valorar



Dr. Sebi foto de http://www.trueactivist.com

A sus 83 años lo mantenían encarcelado por un dinero que era de él. Tenían que haberle dado casa por cárcel. Luego se enfermó y ni así lo sacaron. Hoy se murió y se quedaron con su dinero

 Tegucigalpa, Honduras 8 de agosto de 2016. El  Dr. Sebi o Alfredo Bowman  su verdadero nombre, nació en Ilanga, una aldea de Trujillo, Colón el 26 de noviembre de 1933. Creció con su abuela de quien heredó su vocación por las plantas medicinales. Posteriormente emigró a los Estados Unidos donde se inició en la curación naturista. Estudió en Europa, África, el Caribe. Se hizo un especialista y su fama se esparció por el mundo como el hombre que curaba el SIDA.


Era un hombre universalmente conocido, constantemente daba conferencias en varias universidades del mundo. Se movía muy frecuentemente a atender sus clientes, muchos de ellos reconocidos como el icono del pop mundial Michael Jackson. La fallecida artista estadounidense Lisa López, “left eye” murió el 30 de noviembre de 2002 en un accidente de tráfico en la carretera  que conduce de La Ceiba al departamento de Colón, venía de Villa Usha, la clínica del Dr. Sebi.


El 28 de mayo pasado el Dr. Sebi y un amigo llamado Pablo Gamboa de nacionalidad estadounidense, llegaron a Roatán en un vuelo de American Airlines procedente de los Estados Unidos. Al pasar por el puerto de aduanas del aeropuerto Juan Manuel  Gálvez, reportaron que traían 50 mil dólares de los cuales no pudieron probar su procedencia lícita, dice una nota de Diario La Tribuna.



Ahí mismo le esperaba una avioneta para su traslado a La Ceiba, pero fue detenido. El 3 de junio le dictaron auto de formal procesamiento. Con el correr de los días su salud, a sus 83 años se deterioró. Algunos ceibeños alertaron en la red social Facebook sobre el padecimiento del Dr. Sebi, pero las autoridades ignoraron el pedido auxilio.
Dr Sebi hablando con Rock Newman en su programa

Es notoria la parcialidad con que se imparte la justicia en Honduras, desde el año pasado se debate en  los Tribunales el caso de la estafa continuada que asciende a más de 7 mil millones de lempiras del Seguro Social. Los protagonistas son políticos y empresario de la capital, estos sí han tenido medidas sustitutivas, por ejemplo casa por cárcel o han tenido auxilio médico con la celeridad que se le negó al  octogenario Dr. Sebi, un hombre que no robó, ni mató a nadie.


Además que por su edad no podía quedar preso sino concederle alguna medida sustitutiva, contra el Dr. Sebi no hubo ningún reclamo, ni denuncia ni en Estados Unidos ni en Honduras, significa que el dinero era de su propiedad. 

A falta de la parte oficial y del informe del Hospital, se supone que Dr. Sebi fue trasladado del presidio de Barrio Inglés  al Hospital Dantoni. Unos señalan que ya iba muerto. Serán las autoridades quienes dirán cómo ocurrió todo. Es lo de menos, pero probablemente también informen sobre el dinero. 


Para qué lo tenían preso: 83 años y enfermo, surge la duda: Será que le querían sacar dinero? o es que los operadores de justicia no conocen la ley ?

Miles de ciudadanos que tienen problemas con la justicia se les permite ir a firmar los libros para comprobar que se mantienen en la ciudad, pero al Dr. Sebi no se le dio este beneficio. 


Es obvio que la estirpe del Dr. Sebi no le permite gozar de ciertos favores de la justicia hondureña: en primer lugar es negro, en segundo es exitoso, una combinación que no perdonan los racistas.  Y tercero, quizá lo principal: con esta justicia corrupta, cómo le iban a devolver su dinero?


Pero de esta responsabilidad tampoco escapan los organismos de derechos humanos que no hicieron el correspondiente reclamo por el Dr. Sebi, ni nosotros los negros de Honduras que no demandamos su liberación. Se calló la iglesia, los médicos, nos callamos todos. A este buen hombre lo dejamos solo.


El dirigente Garífuna Horacio Martínez Cálix, ex presidente de la Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH y por ende un hombre muy bien informado, acredita también que el Dr. Sebi sufrió persecución por parte del Colegio Médico. La feroz industria farmacéutica de los Estados Unidos también anduvo tras él.


El Dr. Sebi era un hombre bueno para Honduras, se mostraba preocupado por la salud del pueblo hondureño. Insistía en la buena alimentación. Cierta vez, mientras esperaba a mi tía en el Aeropuerto Golosón, nos estuvo hablando y uno de sus consejos era dejar la yuca. Ahí mismo nos invitó a Villa Usha, su atención sería gratis, como lo hizo con cientos de personas.


Lo otro es que fue el primer negro que vi en un carro de alta gama en La Ceiba, un gigantesco Land Cruiser.  Eran mis días de colegio, esa imagen fue importante para mi generación, empezamos a creer que era posible vencer la pobreza como aquél hombre alto y flaco, de corazón y alma negra como nosotros.