lunes, 23 de diciembre de 2013

Honduras: cámaras de seguridad, portones, policía militar y más violencia



Una frontera
Tegucigalpa, Honduras 23 de diciembre de 2013. Ahí por donde usted pasaba libremente, los vecinos  construyeron un portón. Ya no se puede pasar. Dos o tres vigilantes moderan el paso. Todo se debe a que con el aumento de la violencia en Tegucigalpa la Alcaldía Municipal se inventó el programa Barrio Seguro consistente en mandar hacer portones para reducir el ingreso de extraños a área residenciales y disminuir la inseguridad. Si han reducido la locomoción, pero no el crimen.

Con tantos portones, vivir en Tegucigalpa ya parece una película de guerra, en estas postas se deben presentar documentos a guardias fuertemente armados, que te observan con sigilo, desconfianza, con cara de enemigos. Esto molesta, pero no hay nada que hacer.  El peor error sería discutir con un guardia. Habrá que intimidarse ante los vigilantes o podría salir caro.
Se jactan de Barrio Seguro



Un vigilante sin armas, raro
Hablando de vigilantes es el oficio más necesitado de Honduras, son  miles; empresas de Seguridad hay cientos. Mucha gente se pregunta sobre lo que son capaces de hacer estos miles de hombres, armados, casi siempre con entrenamiento militar y dirigidos por ex miembros del ejército.

Y no se reduce el crimen o a lo mejor lo logran y no se nota. Podemos darle el beneficio de la duda y entonces ¿Qué tal si no estuvieran?

Las benditas cámaras
Sirven de adorno














Las cámaras de seguridad                                                                                                                En esa desesperación y acorralamiento en que mete la violencia a nuestra población hondureña en 
Tegucigalpa también se han instalado 2 mil cámaras de seguridad, pero han fracasado. Lucen Bonitas. Traídas de Israel, son las mismas que se utilizan en algunas partes de Estados Unidos, Brasil, México, pero en Honduras no funcionan.

Una posta en un barrio de Tegucigalpa
El país hizo una inversión de más de 600 millones de lempiras, ahora se cuenta que en la instalación de este dispositivo lo que prevaleció fue la corrupción porque cientos de miles de lempiras terminaron en bolsillos de algunas autoridades.

Ejemplo de portones que se repiten en todo Tegucigalpa
Ante el trauma de la violencia e inseguridad, estas cámaras fueron compradas de manera directa, sin licitación. ¿Quién habrá decidido comprar esto sin tener una planificación estratégica para el logro de los objetivos?  Ahora se dice que no hay personal especializado para operarlas, se reporta destrucción de cámaras en algunos sectores.

Y la Policía militar
No han sido efectivos en la lucha contra el cirmen
 Lo último, la Policía Militar también adorna las calles, se pasea por todos lados, enamoran a las chicas, las voltean a ver, pero  en el combate contra el crimen, tampoco funcionan; lucen hambrientos, sedientos, sin reacción, parecen autómatas, en conclusión seguimos viviendo en un reino terrible, quien pierde es la población honesta, la que debe enfrentarse con las manos vacías a las armas del criminal, cuando sale al trabajo o hace sus quehaceres cotidianos.