lunes, 12 de octubre de 2015

La lucha de una abogada negra hondureña contra la injusticia, el monstruo de mil cabezas


  
El pasado 23 de septiembre de 2015, el Consejo de la Judicatura y de la Carrera Judicial, órgano del que dependen todos los jueces de Honduras, determinó destituir de su cargo a la abogada Nelly Lizeth Martínez Martínez, a la fecha  Jueza de Letras Penal de la Sección Judicial de Tegucigalpa, departamento de Francisco Morazán. Arguyen que la jueza acometió la falta de dilación de un proceso penal que le fue asignado.

El caso no es cualquiera, es una causa contra Enrique Flores Lanza, ex ministro de la Presidencia de Honduras en la administración de José Manuel Zelaya (2006 2010). Este fue el periodo presidencial interrumpido abruptamente el 28 de junio de 2009 mediante un golpe de Estado. Flores Lanza era un hombre clave en esa administración, muchas de las decisiones trascendentales eran tomadas por él.

Pues a este señor de profesión abogado y muy ligado a los círculos del poder en Honduras se le acusa de haber extraído del Banco Central de Honduras (BCH) más de 40 millones de lempiras para financiar un proceso de consulta nacional. El delito fue tipificado como Malversación de Caudales Públicos en perjuicio de la administración pública.

Entrando a lo de Consulta Nacional, el gobierno de Zelaya quería preguntarle a los hondureños SI querían o NO, en las siguientes elecciones generales una cuarta urna para votar la convocatoria SI o NO de una Asamblea Constituyente. Este conflicto POLITICO dividió a Honduras y la metioo en una profunda crisis de la cual no se ha salido.

A ese proceso fallido de consulta, se le denominó sin más, Cuarta Urna, mientras que al escándalo de la extracción de los millones, Carretillazo por la forma en que ese dinero salió del BCH, en carreta.

Pasados 6 años hay un interés enorme por juzgar a estos señores y es aquí cuando, más o menos, entra en escena la abogada Martínez, una mujer negra del pueblo garífuna, nacida en los campos bananeros de la Lima, específicamente en  uno muy famoso denominado Tibombo.

Como antecedente, los primeros puntos de migración para los garífunas eran los campos bananeros donde trabajaban como jornaleros. De ahí que no es extraño que la familia Martínez llegara a esa zona. La mamá de la abogada Martínez hizo todo por educarla y prepararla ya que su esposo, padre de la abogada, falleció cuando esta tenía sólo 17 años.

El 17 junio de 2015 pasado el Consejo de la Judicatura decide SUSPENDER a la abogada Martínez y, como reitero SEPARADA de su cargo el 24 de septiembre. A la acusación de retardo en el proceso ella se defiende y señala que no lo tuvo asignado 5 años como la acusan sino unos días, de tal manera que defiende su inocencia y se considera víctima de una injusticia.

En estos días que anda defendiendo su honor en la prensa, Martínez ha revelado algunas de sus peripecias como Jueza: en primer lugar no tienen motorista, muchas veces salió de un juicio en la madrugada para tomar en taxi, cuando su vehículo que hoy tiene 19 años de antigüedad está en reparación.

Para afinar sus ingresos mensuales, la abogada Nelly Martínez vende comida los fines de semana, haciendo gala de su capacidad de trabajo y además tiene excelente gusto para cocinar. Ella misma aparece en los mercados populares para comprar los ingredientes. Con todo esto, no está demás decir que vive en una casa de un pasillo de la populosa colonia Kennedy.

Conozco a la abogada a Martínez y he comprado su comida. Ciertamente me extrañaba ver a una jueza vendiendo comida con sus propias manos, ¿Cómo es eso decía? Luego de conocerla aunque sea de lejos me he dado  cuenta  que Martínez además de su don de servicio, le encanta cocinar y agrego, si encima necesita dinero, pues ni cosa mejor.  

En este 2015 cumple 22 años de ser jueza.  

Me parece una mujer transparente. Guardo recuerdo de ella porque cuando murió nuestro muy recordado Natividad Mena, líder de mi comunidad, la abogada Nelly, como yo, fuimos de los primeros en llegar al Hospital. También nos saludamos en el velorio de otro grande, el escritor Salvador Suazo. Pese a que su cargo daba para creerse la gran cosa, Martínez, no perdió el piso. No dio la espalda a su pueblo. Siguió con su humildad de siempre y mantuvo su amor a la cultura garífuna.

Me pregunto si un juez corrupto viviría como Nelly Martínez. Me pregunto si un juez incapaz se mantendría en un trabajo por 22 años consecutivos.

El 28 de septiembre de 2015, el lunes recién, Nelly Martínez presentó ante el Consejo de Judicatura un recurso de reposición y parece tener la razón. La justicia no debe ser capricho de nadie y mucho menos debe impartirse de manera antojadiza.  

¿Dilación? parece muy débil el motivo y de paso, la abogada lo desarticula fácilmente en su recurso de reposición.  Pensaba que los jueces eran libres e independientes y que su trabajo era aplicar justicia sin presiones.

Algunos rumoran que a la Jueza Martínez la separan precisamente porque es una funcionaria limpia. La tesis de su pulcritud en el ejercicio profesional es creíble, pues tiene su propia vida para demostrarlo y, además ha dado la cara en los medios. Conozco que los abogados pueden defenderse aunque sean culpables, pero para eso están las pruebas.

La perspectiva que tengo de este asunto es que la injusticia grosera contra Martínez, es la aplicación del dicho popular “tanto tenés, tanto valés”o “al perro más flaco es que se le pegan las pulgas”. ¿Qué hubiera pasado si en vez de Martínez, ella tuviera uno de esos apellidos rimbombantes de Honduras? ¿Si anduviera montada en un carro de lujo? ¿Qué hubiera pasado si sus familiares fueran empresarios miembros del Consejo Hondureño de la Empresa Privada? O, fuera dueña de medios de comunicación?

En nuestro ámbito la honestidad, la transparencia, la moralidad se castiga y se premia la corrupción, la deshonestidad y la inmoralidad. En nuestro medio se les llama“brutos”a los que son honestos e “inteligentes” a los corruptos.

Reciento la falta de protesta y movilización que  tiene el pueblo garífuna. Deberíamos todos acuerpar a Martínez. No es posible que dejemos a la abogada sola, aquí quiero reconocer el acompañamiento y abogacía ejercida por Céleo Álvarez Casildo que se levantó de su lecho de enfermo para levantar la voz por Nelly Martínez.  Ha hecho una defensa heroica de la abogada. Necesitamos más Céleos. Más personas que enfrenten esta y todas las injusticias. Es tiempo de unirse o pronto vendrán por ti.

NOTA:
La jueza Martínez fue restituida en su cargo el 12 de octubre de 2015. Llegó, luchó y venció.