jueves, 9 de diciembre de 2010

Aguán me parece al Tíbet


Mucho antes que aprendiera a leer, había escuchado sobre el Aguán, sólo que en aquél entonces me pasaba lo mismo que hace unos meses con el Tíbet (nación que vive bajo el fusil chino), es decir, pensaba que era el fin del mundo.

Poco a poco pude darme cuenta que “Aguán” es el nombre del gigantesco río que nace en Yoro y cruza el departamento de Colón, así que, deduzco, por ahí recibe la zona su nombre. En adición a lo anterior, a través de mis lecturas sobre historia de Honduras, me enteré del ardor guerrero y corazón revolucionario que late en la ciudadanía de aquellas tierras. Por ellos inició la  Reforma Agraria y luego la Modernización Agrícola. Son verdaderos vikingos.

Recuerdo haber escuchado sobre el Alto y Bajo Aguán, división de la zona donde nace y donde desemboca.

Pues el Aguán estaba destinado a hacer de Honduras una potencia agrícola, sus fértiles tierras tendrían capacidad de alimentar a toda Centroamérica y más allá. Los grandes emporios de la agroindustria deberían estar allá, lamentablemente algo falló en el paso del tiempo y aunque se cultivan alimentos, lo cierto es que el narcotráfico y otros negocios ilícitos han sentado sus bases en el Aguán.

Durante un viaje reciénte, me impactó que a los dos lados de la carretera se miraban campesinos vendiendo sus productos; plátanos, naranjas, miel, piñas, coco, pescados, aguacates, sandías. Este el verdadero Aguán, pero hoy no hablaremos de los productos agrícolas ni del río Aguán, que viene siendo el “Amazonas” de Honduras.

En este momento, cientos de campesinos pobres luchan por mantener el dominio de sus tierras. No existen datos oficiales, pero ha habido decenas de muertos, casi siempre campesinos. El Estado ha militarizado la zona y hostiga a los campesinos.

En todo esto hay un actor vital, un hombre que pelea tierras, además de las del Aguán, en el Sur y Centro de Honduras… esas disputas siempre las gana: es Miguel Facussé, el todopoderoso empresario hondureño que dice ser dueño de las tierras. Este señor tiene en la zona cualquier cantidad de guardias armados, además con sus vínculos con los medios de prensa, mantiene una campaña feroz contra los campesinos del Aguán. Dicen que ellos están formando una guerrilla, que tiene conexiones con las FARC y que Nicaragua les da entrenamiento.

Causa terror lo que acontece en el Aguán, el Estado brinda protección a uno y desprotege a otros; desarma a los campesinos, los persigue y hasta los asesina. En este momento la situación es grave y aunque no viva allá y no me afecte, directamente, la situación me preocupa porque estos comportamientos son expansivos, no tardado Facussé pondrá guardias armados en nuestros barrios y nos sacará a todos.