sábado, 5 de marzo de 2016

Berta y el mundo que nos deja


Berta Cáceres en una actividad en Limón, Colón 
Tegucigalpa, 5 de marzo de 2016.- Sin exagerar y sin ánimos de comparar para encontrar la relevancia de Berta Cáceres debemos remitirnos a la vida y obra de grandes figuras como Malcolm X, Luther King, Mahatma Gandhi y otros más que dedicaron su vida a luchar por los pobres y marginados.

Seguramente muchos subestimarán a Berta solamente porque es de Honduras, un país pequeño, o porque es mujer o por ser pobre, así de al revés está el mundo. De lo que no queda duda es que nos deja un legado de amor por la naturaleza en estos momentos cruciales de deterioro del planeta por el avance del cambio climático.                                            
Multitudinario adios a Berta Cáceres el 5 de marzo de 2016

Desde su lucha en Honduras, Berta ayudó a detener la destrucción  creciente del mundo. Los negocios más comunes tienen que ver la destrucción del planeta; carreteras, turismo, energía eléctrica, petróleo, industria de la madera y otros tantos a lo que Berta se oponía para salvar a la tierra del desastre total.

El mundo está en crisis pero pudo haber quedado peor si Berta no hubiera actuado.

Berta tenía planteamientos e ideas contra el capitalismo salvaje; su postura era la de defender a los pobres y marginados frente al avance del capital.

“En un recorrido de 22 años, Cáceres y 200 comunidades indígenas han logrado la defensa de ríos y territorios de los residentes; la expulsión de 30 industrias de madera, detenido 49  proyectos de privatización y luchado con una ola interminable de concesiones mineras otorgadas por el gobierno”, escribe sobre ella el Diario de Hoy de Los Ángeles.

Pasarán muchos años para asumir su trascendencia histórica, Berta asesinada un día antes de cumplir 45 años, fue una mujer que pudiendo quedarse cómoda en su casa se dedicó a defender a las personas marginadas y a los recursos naturales como bienes públicos. Estaba en constante peligro. Su padre, José Cáceres la invitó a desistir, pero ella contestó que era su vocación luchar y que si moría por esa causa, lo aceptaba.

La han matado, pero hay que mantener su voz, incluso ahora más insistente, más fuerte y actuar con más inteligencia. Según las primeras conclusiones, Berta luchó con sus verdugos, tenía heridas en las manos, tenía un espíritu guerrero.

En pocos 1días se cumplen tres meses del crimen de otro famoso, el futbolista Arnold Peralta, hasta ahora no hay culpables y eso que acabaron con su vida a plena luz del día, en la calle y en pleno furor de las compras navideñas en la atestada ciudad de La Ceiba.

El crimen de Berta Cáceres se puede ver desde diversas ópticas, desde la misoginia que ha desembocado en femicidios, pasando por la lucha de clases y hasta el racismo derivado por su abierta condición de dirigente indígena.

Fácil resulta ahora atentar contra la vida de una mujer y si es pobre más aun y peor si es indígena. Por Dios, de qué civilización me quieren hablar?

Casi 111 líderes indígenas han sido asesinados, según dato que la propia Berta Cáceres hizo publico en una entrevista dada a CNN, poco después de recibir el Premio Golden en abril de 2015.

Su amor por la naturaleza es, ni más ni menos, amor por toda la humanidad. Berta muere por todos nosotros. Por todos los que tienen pensamientos revolucionarios, por los que anhelan vientos de cambios. Los que no están conformes con que unos pocos tengan lo que nos pertenece a todos. Sinceramente en una sociedad humana, no había manera de estar contra Berta.

Aquellos que no condenan las injusticias, los que toleran la marginación de los otros. Los que contemplan tranquilos como caen los otros sin dar las mínimas señales de indignación no tienen nada que temer.  Los que estamos del lado de Berta, se nos pone difícil el panorama.

Pero, éste es el país, la realidad y el mundo que nos merecemos porque lo hemos permitido, es la civilización de la incivilización de la cuál hemos sido cómplices.

Tenemos un mundo donde los picaros son ensalzados y los honestos, los brillantes son criminalizados. Han convertido en delictiva la protesta, el elevar la voz. Quienes se atreven a criticar, son marginados y asesinados como ocurrió con Berta.  Para donde vamos? El cambio inicia por mí por ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario