domingo, 18 de octubre de 2009

Muere presidente de SITRAINFOP, otra víctima del Golpe de Estado


Por Dick Emanuelsson
TEGUCIGALPA / 091017 / Después de 24 días de lucha por la vida, el cuerpo del dirigente sindical Jairo Sánchez no pudo resistir más. Falleció a las 11.30 esta mañana en el Seguro Social, rodeado por su esposa y los más cercanos. Otro mártir está inscrito en la historia de la heroica lucha que libra el Pueblo de Morazán.

Cuando recibí la noticia de la muerte de Jairo Sánchez se me pasaron la interminable cantidad de dirigentes sindicales o populares colombianos que he entrevistado durante décadas, todos asesinados por que se pusieron al frente de sus compañeros de clase sabiendo el riesgo y peligro que significa eso en un país en donde el Terrorismo de Estado es justamente Política de Estado.

Y durante estos 24 días de lucha entre vida y muerte he entendido que el compañero Jairo Sánchez era de ese mismo calibre, a pesar que muchas veces sacrificaba elementos personales.

Disparado directamente a la cara
Cuando en esos días del toque de queda indefinido supimos que un cuerpo policial (se habla de DGIC) había disparado directamente a la cara del presidente de SITRAINFOP, Sindicato de Trabajadores del Instituto de Formación Profesional, nos dirigimos a COFADEH que lo tenía registrado y con los contactos que necesitabamos para cubrir la ola de víctimas que el toque de queda habría cobrado. Nos dirigimos al sindicato y Abel Morales, secretario de acta de la dirección nacional de la federación sindical nos atendió y lo entrevistamos [1]. En esos mismos instantes, los compañeros y los trabajadores del instituto estaban realizando un ‘maratón’ para recaudar dinero para poder atender su presidente sindical en el Medical Center, un hospital costosísimo en Tegucigalpa donde fue operado Jairo Sánchez inmediatamente. Dos días después llegamos al hospital para verlo. Pero el compañero fue en esos momentos trasladado a la sala para ser operado una segunda vez. La fiebre no quería bajar.
 
Jairo Sánchez fue trasladado al seguro social donde lo operaron tres veces más. Pero cuando hablé con su esposa hace cuatro días ya el compañero había perdido la conciencia, estaba en coma. Los médicos luchaban contra la irreversible muerte trasladando hueso de la rodilla para el cráneo que parcialmente había sido destruido por la bala asesina. El tiro no se pudo ser sacado de la cabeza de Jairo por que estaba un milímetro al lado de la aorta.

Jairo organizaba la resistencia en su barrio
Jairo Sánchez fue baleado por una patrulla de DNIC (Dirección Nacional de Investigación Criminal) en el momento cuando se había levantado el toque de queda el 30 de septiembre. Ya la población hondureña había soportado 38 horas sin permiso de salir de sus casas, ni siquiera para comprar comida. Presos en un campamento de concentración enorme llamado Honduras. Pero sin o con toque de queda, pobladores en muchas colonias, como la San Francisco en Tegucigalpa en donde vivía el dirigente sindical, organizaba la resistencia y hasta que tomaron varias postas policiales en protesta contra la dictadura.

Pero estaba conciente y la nota que hicimos esa noche la terminamos con las palabras que en ese momento el compañero expresa con sus ojos hacia nosotros: “Vemos una persona consciente con una mirada firme y fija que nos dice más o menos como la canción: ¡’Nos tienen miedo porque no tenemos miedo’!”

Fue en los momentos cuando Jairo organizaba la resistencia en su barrio cuando aparecieron los uniformados y sin decir nada abrieron fuego a la multitud, cobrando la vida de unos de los mejores hijos del pueblo hondureño.

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