Tegucigalpa, Honduras 18 de noviembre de 2016.- Martha Núñez de 58 años fue en 2012 el rostro de
la alegría en el triunfo del presidente Barack Obama y este año lo fue en la tristeza de la
derrota de la candidata Hillary Clinton. Así apareció en varios periódicos de Francia,
Italia, Noruega y Estados Unidos.
El padre de Martha lera
originario de la comunidad garífuna de San Antonio y su madre de Aguán, ella nació
en Coyoles Central y creció en La Ceiba. Desde hace 30 años vive en el condado
de Bronx, Nueva York. Es una ciudadana estadounidense que simpatiza con el Partido
Demócrata lo que la llevó a ser donante de ese Partido.
De ahí viene que un día
recibió un correo electrónico invitándola a ser voluntaria en el Partido.
Dijo que sí y hasta ahora ha participado para la elección de Obama y
ahora en el fracaso de Clinton. También hizo proselitismo en dos procesos para la
alcaldía de Nueva York; Con Blomberg y con Di Blasio. Ambos resultaron ganadores.
¿En qué consiste su
trabajo?, conseguir votos. Lo hace llamando desde los centros que habilita el
partido al que acudía sus días libres, feriados y fines de semana. También buscó
votos yendo de casa en casa como lo hizo visitando peligroso suburbios de Pensilvania.
Hizo miles de llamadas a Florida, Ohio y Atlanta.
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Así la mostró el Dagbladet de Noruega en la amrgura de la derrota de Hillary Clinton |
Según ella la derrota de
Hillary Clinton se debió a la reapertura de la investigación de la FBI. Ellos al final no encontraron nada, pero el daño
ya estaba hecho. "Dos días antes de las elecciones estábamos 4 puntos
arriba, por eso pensé que la pérdida no era posible”, dice.
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En la inauguración del segundo mandato del Pres. Obama en 2013 |
La noche de la elección,
el 8 de noviembre estaba en el Jacob Center en una posición privilegiada.
Las cosas iban cada vez peor para Clinton. Entonces el grupo de
"Clintonianos" se agarraba de las manos, se abrazaba y oraban. Pero
el conteo iba al revés, las lágrimas comenzaron a venir. En una de esas no pudo
más y desplomó su cabeza sobre su brazo, una pose de derrota. El fotógrafo
estaba ahí y captó la imagen que se convirtió en el símbolo del fracaso
del partido demócrata.
"El que no lloró
esa noche fue porque no sintió la pérdida, trabajé casi 14 meses en la campaña”,
dice recordando los momentos de tensión en la espera del conteo de votos y en
el momento cuando la derrota quebró su estado emocional.
¿Cómo es que entre miles de personas, los fotógrafos la escogen a ella? ¿Cómo es que la escogieron para la alegría de Obama y cuatro años después para la tristeza de Hillary? ¿Cómo es que tiene la fortuna de estar en la ruta de los fotógrafos? Ni ella lo sabe. Es un misterio. No hizo nada para ello, son los fotógrafos los que la han escogido.
Se me ocurre que es una mujer sumamente expresiva. Efusiva en la tristeza y en la alegría. Las fotos necesitan esa carga emocional porque trasmiten algo. Martha también tiene personalidad, mucho enganche y es deshinibida.
"Trabajé por
Clinton sin ningún interés personal, tenía
la esperanza de que ella podía ayudarnos en el tema de migración. Muchas madres
tiene problemas, mucha gente inmigrante y ahora yo no sé qué pasará con Trump”,
finalizó.
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